Hace ya tres años que detuvimos nuestros viajes a través del pasado, para escribir sobre la situación venezolana. Entonces contemplábamos con tristeza y con rabia, como se sacrificaba a una valiosa parte de nuestros jóvenes, quienes sufrieron daños para toda la vida, llegando a quedar como verdaderos veteranos lisiados de una guerra: física y mentalmente. Y eso fué para los que lograron salir con vida, no pocos fueron asesinados con saña, y quien sabe cuantos puedan haber sido literalmente borrados del mapa. Fueron unos años perdidos, para nuestro país. Hoy estamos mucho peor en cualquier renglón que nos detengamos a revisar, excepto, con toda seguridad, en las cuentas bancarias de la pandilla que secuestró a Venezuela, y de los desvergonzados que han sabido convivir y medrar con ese tipo de gente. Hoy podemos contemplar como, después de lograr una holgada posición económica, muchos de ellos se van a vivir cómodamente a cualquier país de su predilección, mientras que tantos venezolanos hemos sido obligados a vivir una vida llena de carencias, hasta que en un acto de verdadera desesperación, terminamos emigrando sin casi ningún apoyo económico, pero en la búsqueda de un mejor futuro. Muchos hemos tenido que huir de ese purgatorio en el cual han convertido al país, que antes fue tan atractivo y acogedor. Perdiendo, o dejando atrás casi todo lo que habíamos logrado construir a lo largo de nuestras vidas.
Y no es cualquier cosa el monto de lo robado y despilfarrado. Al contemplar el progreso y atractivo turístico que han conseguido otras naciones petroleras, situadas en medio de la nada, en estériles desiertos, durante estos últimos 18 años, podemos más que intuir, podemos visualizar nítidamente, de qué se privó a Venezuela, con los ingresos que obtuvo durante la mayor bonanza económica de su historia. Resulta escalofriante imaginar el monto que debe andar oculto en cuentas secretas, en tantos paraísos fiscales por todo el mundo. Pero, las inversiones y el nivel de vida de muchos, sí está a la vista en muchos de estos pillos y sus familiares: viajes y restaurantes de primera categoría; propiedades en lugares exclusivos; fiestas y bodas suntuosas. En fin, una vida de tipo jet set, como verdaderas celebridades, en personas que a comienzos de este gobierno "socialista", como se dice coloquialmente, "no tenían ni en donde caerse muertas"...
¿Como calificar a un gobierno que dice ser socialista, en el cual se han enriquecido obscenamente, como ya hemos comentado, y se complacen cínicamente ante la ruina en la cual vive un porcentaje cada vez mayor, de la población venezolana? La carencia de lo esencial, los alimentos y las medicinas, han provocado una verdadera Crisis Humanitaria que ellos niegan, con gran desparpajo. En Venezuela se está pasando hambre, cada vez más gente hurga en la basura, en busca de cualquier resto comestible. Ancianos y niños mueren diariamente por hambre, y por falta de la atención mínima que requerían. Los enfermos, no solo de enfermedades terminales, sino también los que requieren de tratamientos prolongados, tienen en su mayoría, las horas contadas. Para terminar de hacer que esta situación sea odiosa, cada vez que se ha ofrecido Ayuda Humanitaria desde el exterior, el gobierno se encarga de rechazarla, con toda tranquilidad, aduciendo que no hace falta. ¿Que tipo de gente puede actuar así? ¿Que resentimiento insaciable llevan por dentro? ¿Por que odian a personas quienes nunca les hicieron daño?
Al mismo tiempo, el éxodo de personas bien capacitadas ha sido alarmante. Profesionales y técnicos de cualquier área del conocimiento están saliendo multitudinariamente, a veces para terminar ejecutando cualquier tipo de labor que les permita subsistir, mientras abrigan la esperanza de que, tarde o temprano, llegue la oportunidad de mostrar su talento, en la actividad para la cual se capacitaron, tras años de estudio y de trabajo. No podemos llamarnos a engaño, nuestro país está desmantelándose muy deprisa. Solo si ocurriese algo inusitado, y fuese desalojado el pequeño grupo delincuencial que gobierna a su antojo, podría comenzar a pensarse en el inicio de mejores tiempos, mientras eso no ocurra, continuará el desmoronamiento general.
Pero, ¿Como desalojar a quien tiene por lo menos el noventa y nueve porciento del control de las armas en el país? ¿Tan solo poniendo el pecho generosamente para que, en un acto de heroico sacrificio, algún día pase algo distinto y decidan dejarnos en paz? ¿Por que se perdió lamentablemente el esfuerzo y la vida de tantos jóvenes, en el año 2014, y la historia se repite en el 2017? ¿Será obvio que hemos sido engañados o tal vez hasta traicionados?
Lo que hace tres años, era una muy fundada sospecha, en la actualidad se ha convertido en una verdad que nos abofetea día a día: la ruta que nos indujeron a escoger, para resolver esta situación, fue un rotundo fracaso. La oposición partidista (MUD), se encargó y se abrogó la tarea, no solo de pensar por todos, sino más grave aun, de decidir por todos. No hay más que recordar, por estar aún reciente, el pasado año 2016... ellos se empeñaron en buscar la ruta de un Referéndum Revocatorio, el cual a todas luces se veía que no iba a ser aceptado, que se iba a convertir en una burla más, para las esperanzas de una abrumadora mayoría de la población. Ante cualquier reclamo, o sugerencia que se les hizo desde el comienzo del año, de buscar otras maneras de actuar, respondían como verdaderos iluminados, que ese referéndum era la mejor, y hasta la única opción disponible. Así se perdió un año, sin tomar en cuenta el sufrimiento de tantas personas, cuyo día a día resulta ser algo parecido a una tortura.
Ese general de mil derrotas, que gobierna casi de un modo decorativo el Estado Miranda en Venezuela, se dedicó a encauzar los esfuerzos generados por el descontento nacional, hacia la solicitud del mencionado referéndum. En una verdadera burla al pueblo, la MUD anunció acciones que solo sirvieron como un baño de agua fría para un pueblo desesperado, como aquella "Toma de Venezuela" a cuya convocatoria asistieron tantas personas, algunas de las cuales habían atravesado el país caminando, para encontrarse con unos políticos subidos a una tarima, quienes rápidamente se encargaron de despachar aquella ansiosa multitud, diciendo: "gracias por venir, pueden volver a sus casas, ya les avisaremos de una próxima actividad". O aquel diálogo en el cual se empeñaron, ante la desaprobación general, supuestamente para no desairar al Papa Francisco... y cuyos resultados tan solo sirvieron para oxigenar al régimen, como han llegado a reconocer, de un modo que aparenta ingenuidad, cuando ya el daño estuvo hecho.
Todos desearíamos que tales estrategias hubiesen obtenido un gran éxito, pero ha sido todo lo contrario. En lugar de ello, lo que percibimos son sus actitudes altamente sospechosas, que se han traducido en resultados negativos, muy fácilmente predecibles por cierto, durante al menos los últimos diez años. En cuanto a la toma de decisiones, en la MUD pareciera que se está aplicando aquello de: "Si no los puedes vencer, únete a ellos"... mientras tanto, el pueblo, y el país, que esperen. Los resultados son tercos y eso indican: el camino marcado por ellos, nos ha conducido hasta donde estamos. Ganar las votaciones para la Asamblea Nacional, por amplia mayoría, no sirvió más que para que el régimen terminara de aplastar a los venezolanos. Lo que es peor aun, continuan con su estrategia para este año, como si no hubiesen aprendido nada en todo este tiempo. Algo incomprensible, a menos que pensemos mal de ellos.
Resultaría lamentable, hasta vergonzoso, el tener que llegar a la conclusión de que nos hayan estado traicionando, desde la misma oposición. Sinceramente desearíamos estar equivocados, y ojalá lo estemos. Por otra parte, la unidad de la oposición ha sido como una franquicia, manejada por muy pocos, y siempre sus decisiones han terminado por favorecer a un gobierno, que a menudo les resulta difícil de llamar como lo que realmente es: una dictadura totalitaria. De ese modo, la unidad se ha convertido en un chantaje: aquel que piense diferente, de inmediato es acusado de querer destruir esa unidad, e invariablemente es condenado al ostracismo.
Continuaremos en el presente venezolano, evaluando la caótica situación de un país, que terminó convertido en el experimento de unas cuantas mentes trastornadas. El cual nunca parece tocar fondo, en su dramática caída. Dos generaciones de venezolanos hemos tenido que contemplar el desmoronamiento de nuestros proyectos de vida, con el agravante de tener una total incertidumbre acerca del desenlace que deberemos afrontar.
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Firma del Acta de la Independencia, por Tovar y Tovar. |