sábado, 30 de octubre de 2021

Las amenazas globales.

 

No cabe duda de que a las presentes generaciones nos ha correspondido desenvolvernos en un mundo pleno de conflictos y dificultades. Lo que muchos, con marcada resignación, catalogan como la necesidad de adaptarse a nuevas realidades, no es más que la aceptación de una vida llena de controles y miedos. Podría decirse que tanto avanzar, para ahora llegar a ese tipo de pensamiento retrógrado, resulta un contrasentido. 


 Bruce McCandless II, en la 1a caminata espacial libre de ataduras,  en 1984


El disfrute de un progreso vertiginoso, que parecía habernos convertido en los seres más afortunados en toda la historia de la humanidad, repentinamente parece haberse revertido. Hasta mediados del Siglo XIX, la gente nacía y pasaba toda su existencia sin observar grandes cambios en el mundo y en su estilo de vida. En el presente, vemos como los avances tecnológicos disponibles tornan en obsoleto casi todo, en un abrir y cerrar de ojos. Como un ejemplo, la mayoría de nosotros hacemos uso de la informática con gran naturalidad, para muchas actividades, no solo recreativas e informativas, sino también laborales y comerciales. Hoy sería muy difícil concebir nuestra vida, con la ausencia de internet. Y sin embargo, hace apenas veinte años, pocos llegarían a imaginar todo esto. 

Pero sin darnos cuenta, las ventajas de la tecnología, también se han ido transformando en una amenaza para nuestros derechos fundamentales. No es fruto de ninguna teoría conspirativa, el descubrimiento de que ciertos grupos se están dedicando a controlar y manipular el pensamiento colectivo, es decir, nuestro libre albedrío. No hay más que fijarse como, de una manera cada vez más frecuente, el surgimiento de ciertos tópicos, de interés general, sirven para crear una polarización, claramente estimulada desde los centros de poder, político o mediático. Es bien sabido, que la habilidad para fomentar la división, es una de los modos más antiguos y efectivos para asirse al poder. ¡Y cada vez estamos más divididos!

Con solo revisar someramente los comentarios en ciertos temas, en las redes sociales, asombra y preocupa el odio que es capaz de desatarse, por el simple hecho de que algún usuario exprese su opinión. Burlas e insultos, se profieren con saña enfermiza. Nos vamos convirtiendo en autómatas y seres agresivos, con el uso indebido de las "redes sociales", destilando sentimientos negativos que van a terminar por hacernos daño. 

Pareciera estar surgiendo un nuevo tipo de psicopatía, originada como una necesidad de desahogo interno, en perjuicio de personas que no conocemos y que jamás llegaremos a conocer. Los temas motivo de esos intercambios de improperios, son variados y algunos son casi pueriles. Política, historia, deporte, son la excusa perfecta para discutir. Si eso se añade a la notoria pérdida de valores, también promocionada desde los mismos entes dominantes, es fácil predecir la marcha de la sociedad, como un tren desbocado, hacia una debacle general, de graves consecuencias. 

Mientras, de manera paradójica, pese a los múltiples avances, la humanidad aún no consigue resolver sus problemas básicos. Si nos guiamos por el mencionado comportamiento antisocial en las redes, ni siquiera hemos llegado a conocer quienes somos en realidad. Lo más grave, es que mientras tanto, los niños y jóvenes, están observando y es probable que continúen por ese camino autodestructivo. 

Sin notarlo, muchas personas parecieran haberse convertido en colaboradores en una guerra contra el libre pensamiento, que es inherente a cada individuo. Como resultado de todo ello, hasta el derecho a opinar, está siendo coartado sin tapujos. Mientras, florece con absoluta libertad, algo muy parecido al lavado cerebral, mediante el implante de fuertes matrices de opinión. Es fácil notarlo, en la publicidad, en el lenguaje inclusivo, la siembra de odio racial y de género, que están siendo utilizados con la ponzoña de la mala fe, con la evidente intención de "dividir para controlar". 

Como una muestra, la utilización abusiva de los seres humanos en procedimientos médicos que todavía se encuentran en fase experimental, es aupada por las grandes cadenas mediáticas. Y no deberíamos ser tan inocentes: si esos grupos quisieran el bienestar general del ser humano, ya lo hubiesen demostrado antes. Su leit motiv siempre ha sido y seguirá siendo la procura y conservación del poder y el dinero. En este caso, como dice la sabiduría popular: es fácil elegir un lado, con solo saber quien está en la acera de enfrente. 

La experiencia ha demostrado, que el control absoluto del poder, ejercido por minorías abusivas, puede acarrear nefastas consecuencias para todos. No hay más que recordar, como algunos países han quedado convertidos en propiciadores del terrorismo, por el solo hecho de estar en manos de déspotas de mente retorcida, llenos de resentimiento. De manera injusta, los habitantes de esos países, son tachados como terroristas, sin tomar en cuenta que en su mayoría son solo personas pacíficas y trabajadoras, más bien víctimas de sus opresores. Observamos, que hasta su gentilicio hoy significa una pesada carga. Ese es un obvio caso de odio inducido. Una de las mayores amenazas en este momento, sería que ese tipo de sentimiento negativo esté siendo controlado, para poner a una parte de la humanidad, en contra de la otra. Las señales de que algo así se ha puesto en marcha, son inequívocas.

Es cierto que el progreso seguirá con su ritmo indetenible... Pero comienzan a avizorarse en el horizonte, casos de appartheid o segregación, que podrían llevarnos a revivir situaciones que parecían ya superadas. En estos tiempos, se están ensayando nuevos métodos de dominación, al haberse comprendido que no hay necesidad de hacer uso de las armas convencionales. Una guerra mundial, planteada como las anteriores, pero con los adelantos modernos, sería de consecuencias catastróficas y difícilmente tendría un verdadero ganador. Debido a ello, el control de la tecnología y el poder comunicacional, parecen haberse transformado en las nuevas armas, para los modernos aspirantes a fundar imperios. Existe un gran riesgo de quedar convertidos en vasallos de unos seres oscuros, que no hallan que hacer con sus desmesuradas fortunas. Sería ese, el más triste legado que podríamos dejar para nuestros hijos y nietos. En cada uno de nosotros está el contribuir o al menos hacer el intento, para que tal cosa nunca ocurra. 

Pronto regresaremos a nuestros temas habituales. Vamos a adentrarnos en el mágico universo de las leyendas, que forman parte del patrimonio cultural de todas y cada una de nuestras naciones.   


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