miércoles, 19 de febrero de 2014

¿Puede el Pasado Devorar al Futuro?






Nuestra máquina del tiempo debe detenerse en el presente, y en Venezuela. No se puede permanecer impasible ante los hechos que están ocurriendo en nuestra patria. Lamentablemente existe un problema político muy complejo, el cual no debería ser analizado sólo como un asunto interno del país. La ceguera ante esta situación es grave y si no es atendida como debe ser, traerá consecuencias a toda la región, podría decirse que a todo el hemisferio.


La población civil de Venezuela está siendo sometida a un sistema de gobierno que ha venido siendo rechazado de un modo cada vez más evidente, pero que por perversiones del mecanismo electoral, podemos afirmar que será imposible cambiar esta situación mediante elecciones.


Este sistema se ha basado en crear el odio entre los pobladores de Venezuela, después de sembrar ideas de rechazo enfermizo por todo lo ocurrido en la etapa democrática (1958-1998). En esta etapa, sin duda ocurrieron muchas irregularidades y se cometieron grandes errores, pero, viendo retrospectivamente los hechos, sólo se usó el odio y ese rechazo con fines políticos. El resultado de esto, es que en este país actualmente existe un duro sistema de appartheid.


Si nos fijamos en otras naciones en las que han ocurrido hechos terribles, tristes, hasta tenebrosos (mucho más graves que los de esa etapa en Venezuela), ellos pudieron de algún modo cerrar esos capítulos y ven de frente y con optimismo hacia el porvenir; también nos damos cuenta de que la lista de los países que han logrado ese felíz paso hacia el futuro es grande y abarca todos los continentes. Aquí seguimos varados, en cierto modo, paralizados en la crítica hacia los partidos que gobernaron en esa etapa democrática, ¿se imaginan a los "Tigres Asiáticos" por ejemplo, dedicados al resentimiento, en lugar del progreso? 


Esto recuerda al mago que con sus movimientos atrae la atención hacia unos gestos y hacia una de sus manos, mientras hace el truco con la otra mano. El resultado está a la vista, Venezuela está arruinada económicamente por la continuación de las fracasadas políticas que se han implementado, el colapso final sólo ha sido retardado por la producción petrolera, también en estado crítico.


El país está cansado de ser llevado directamente hacia la ruina, manifestada además en la acentuada escasez de los productos básicos. La inflación muy alta (de las mayores del mundo), ha disminuído gravemente la capacidad adquisitiva de la población. La delincuencia y el hampa constituyen un azote para todos los habitantes. La corrupción del estado ha adquirido proporciones inimaginables, el enriquecimiento de un grupo (gobierno y allegados), es notorio y escandaloso. La marginalidad crece cada día más. Todo esto mientras se intenta sembrar una ideología rechazada por la mayoría del país (rechazada en un referéndum, y luego aplicada por la fuerza). 


Al cerrarse cínica y fraudulentamente la vía electoral para salir del problema, el pueblo se ha dedicado a la protesta en las calles, recibiendo por parte del estado una cruel represión, a manos de las fuerzas del orden público y, muy grave, por grupos paramilitares afectos al gobierno. La población civil y desarmada está siendo brutalmente atacada, protestas pacíficas han sido infiltradas y saboteadas, para luego ser atacadas sin cuartel. Resultado: jóvenes muertos, heridos, desfigurados, torturados física y mentalmente al ser detenidos. Cada vez hay más gente uniéndose a las protestas en todo el país.


La comunidad internacional ha permanecido impasible, sobre todo la OEA; a la ONU como que no le interesa este problema. Y encontramos la conducta vergonzosa de los países cómplices de este sistema, que si fuera sólo por la afinidad ideológica sería excusable, pero es que también se están aprovechando económicamente de Venezuela, en forma de dádivas y negocios ventajosos. ¿Quienes son? es fácil saberlo, son los primeros que salen a defender a este régimen, llegando a insultar a los ciudadanos del país y hasta a amenazarnos, en clara injerencia en nuestros asuntos. Pero cada vez que se alza una voz en nuestra defensa y solidaridad, salen a rasgarse las vestiduras y a acusar de intervencionismo a quien tome esa posición. En resumen, se invoca la soberanía cada vez que les conviene, pero nuestro resultado es que dicha soberanía sólo nos sirve para ser pisoteados. 


No hemos querido hablar de ideologías, ni de capitalismo, comunismo y socialismo. Todas tendrán sus virtudes y defectos, eso es seguro. Pero el problema actual que tenemos es de totalitarismo contra democracia: el sometimiento de una nación (por una minoría), para hacer su voluntad, al precio que sea, con la complicidad de otros países que tratan de implantar el mismo sistema: malos gobiernos eternizándose en el poder, ya son varios en la región... 


Pronto seguiremos con los viajes a través de la Historia, con sus enigmas y sus inexactitudes o falsedades, que la hacen tan interesante...



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