viernes, 31 de enero de 2014

Álvar Núñez Cabeza de Vaca (parte II)




Álvar Núñez curando a un herido


¿Quién era realmente Álvar Núñez Cabeza de Vaca? Su trayectoria ha sido motivo de revisión y controversia, sin que haya un dictamen definitivo. Por un lado, Álvar Núñez ha sido objeto de una gran admiración y hasta de una especie de "culto". También es reconocido por sus reportes pioneros sobre los habitantes y la naturaleza de las regiones del sur de los actuales Estados Unidos de Norteamérica, por las cuales deambuló errante. Pero, paralelamente, mucho se ha escrito en contra de él, siendo tildado de fantasioso, interesado, y hasta de mitómano y mentiroso: se le considera un verdadero fraude histórico.


El curandero errante


Alrededor del año de 1530, Álvar Núñez era un esclavo de los indios, que solo recibía comida por su trabajo. Fue forzado a aprender las técnicas de curación de los indígenas, que para él, seguramente no eran más que supercherías. Sin embargo, se le ocurrió mezclar la sapiencia del curandero, con algunos componentes de los ritos cristianos. Lo sorprendente de su relato, es que según él, de ese modo, casi siempre conseguía buenos resultados. Con el pasar del tiempo, su situación mejoró. Se convirtió en mercader, intercambiando productos de las tribus del interior de esos territorios, con las que vivían en las regiones costeras.

Hacia el año de 1532, decidió huir, en compañía del único español que quedaba en la isla de El Malhado, pero ante la amenaza de los indios Quevenes, su compañero prefirió desistir. Hay que decir, que Álvar Núñez "recordaba" el nombre de todas las tribus que fue encontrando, así como también aprendió hasta seis dialectos indígenas. 


Río Nueces, Texas, USA. Foto: Billy Hathorn


Por medio de esos indios, se enteró de que habían otros hombres parecidos a él (cerca del Río Nueces), que vivían como esclavos. Al ser guiado ante ellos, se encontró con los españoles Dorantes y Del Castillo, y también el esclavo africano de este último, al que llamaban Estebanico. A fin de cuentas, ellos cuatro serían los únicos del grupo que desembarcó con Narváez en Florida, que llegarían a México. Seguramente se llevaron una gran sorpresa, al toparse con alguien a quien daban por muerto desde hacía mucho tiempo.
 

Corpus Cristi, Texas, hacia 1887
Regresaron los tiempos de esclavitud, para Álvar Núñez Cabeza de Vaca. Permanecieron como esclavos, viviendo entre las tribus Coahiultecas, hasta el año de 1534. Una noche lograron huir y corrieron hasta llegar a las cercanías de lo que hoy se conoce como la Bahía de Corpus Cristi. Allí encontraron un buen recibimiento por parte los indios Avavares. Luego de permanecer entre ellos durante varios meses, retomaron su camino. Pensaban que tarde o temprano deberían llegar a México, si es que antes no se topaban con otros españoles. A pesar de ello, prefirieron desviarse un tanto hacia el noroeste, alejándose de su objetivo, al saber de la hostilidad de las tribus que ocupaban la región costera. 


Álvar Núñez Cabeza de Vaca. Foto: Billy Hathorn


Desde entonces dieron inicio a una verdadera peregrinación, un tanto curiosa, en la cual, su fama de curandero milagroso, que también adquirió Dorantes, iba creciendo a medida que avanzaban. De igual modo, el grupo de gente que les acompañaba era cada vez mayor. Creyentes y aprovechadores, eran muchos los que seguían aquella especie de show medicinal, esperando obtener algún beneficio de las habilidades curativas de los españoles. Según el propio Álvar Núñez, en ese tiempo logró curaciones impresionantes y milagrosas ¡Incluso llegó a resucitar a un muerto! 


Probable ruta recorrida por Álvar Núñez


Hacia 1535, después de llegar a las cercanías de lo que es actualmente la ciudad de El Paso, Texas, tomaron una dirección suroeste. Buscando el Mar del Sur (Océano Pacífico), empezaron a encontrar cada vez más evidencias del paso reciente de españoles. Apenas se encontraron con estos, Álvar Núñez comenzó a demostrar su cambio de actitud hacia los aborígenes. Según escribiría posteriormente, consideraba inaceptable el maltrato que recibían los indios, por parte de gran parte conquistadores. En su mayoría, consideraba a los habitantes de esas regiones, como gente pacífica y que aceptarían la doctrina cristiana sin ninguna dificultad. 


Ciudad de México


No es fácil describir, lo que pueden haber sentido los cuatro hombres al retornar a la civilización. Fueron casi diez años de vivir entre gentes que apenas conseguían el mínimo sustento necesario. Para ellos, pasar hambre era algo normal. Iban cubiertos con harapos o en completa desnudez. Resulta indudable, que en ese tiempo sufrieron muchos trabajos y privaciones. En Julio de 1536, llegaron a la ciudad de México, donde tuvieron un cálido recibimiento. Seguramente, sus historias eran escuchadas con gran curiosidad. Dorantes y Del Castillo, decidieron quedarse a vivir en México. Estebanico, partió en una expedición en busca de las riquezas de las tierras del norte, pero allí solo encontró la muerte. En cuanto a Álvar Núñez, una vez más, emprendería un largo camino, el cual primero lo llevaría a España, y años después, de nuevo a las tierras americanas, pero del sur.


Carabela española, siglo XVI


Luego pudieron enterarse, de que el resto del grupo expedicionario de Pánfilo de Narváez, que no desembarcó en Florida, finalmente regresó a La Habana. Más tarde realizaron varias misiones de búsqueda, pero al resultar infructuosas, se les dio a todos por muertos.  

Naufragios

Es bueno tener presente, que el escritor de Naufragios, libro publicado en 1542, se expresó con el estilo y la mentalidad de un hombre del Siglo XVI. Se trataba de personas, que venían saliendo de la Edad Media, en cuyas mentes existía una gran mezcla de fanatismo religioso, además de superstición e ignorancia, en cuanto a los fenómenos de la vida y la naturaleza. De pronto, se abrió ante ellos un horizonte inmenso de experiencias y lugares. ¿Cómo podían asimilar todas estas novedades, con la capacidad de análisis de la que disponían? Si lo vemos así, entenderemos por que la mayoría de los relatos de viajes y descubrimientos de entonces, están llenos de lo que para nosotros son meras fantasías.


Cabeza de vaca. Por José Cisneros

Como escritor, Álvar Núñez muestra unas características dignas de admiración. Una de ellas, salta a la vista y es su memoria privilegiada. En total pasó cerca de diez años, sobreviviendo como podía, sin tomar nota de nada. Sin embargo, aportó informaciones geográficas, los nombres de muchas tribus y su modo de vida; podría decirse, que "sin perder el hilo". Solo cuando ya se encontraban en México, en 1536, se llegó a redactar una Relación Conjunta, con los otros dos españoles que sobrevivieron al fatídico viaje. Escueta, sin lujo de detalles, ese fue el único apunte del cual dispuso Álvar Núñez, para luego escribir su libro.

Carlos V en 1548, por Tiziano

Hay quien opina que ese libro no es sino un reporte, para el emperador Carlos V. Allí, lo que Cabeza de Vaca pretende, es justificar y esconder el fracaso de la expedición de Narváez. Envuelto en detalles mágico-religiosos, mediante la descripción de unos inmensos territorios, supuestamente plenos de riquezas, intenta ganarse el favor real, para ser nombrado gobernador de esas tierras. De ser así, logró la opinión favorable del rey, solo que a medias (obtuvo un nombramiento como Gobernador, pero en un lugar muy distante). En realidad, por la forma en que fue escrito, el libro Naufragios, consigue captar la atención y la simpatía hacia su protagonista, Álvar Núñez. Hasta sus detractores, llegan a reconocer en él ciertas virtudes narrativas.

De lo que sí podemos estar seguros, es de que sea como sea, Álvar Núñez dejó interesantes enseñanzas, sobre como extraer algo positivo a partir de un fracaso como ese: ¡un gran fracaso! Además, por su tenacidad, al ir siempre en búsqueda de un mejor porvenir. Curioso personaje, sin duda. Iremos de nuevo a su encuentro, para tratar de comprender esa peregrinación sin fin, en la que se convirtió su vida. Tal vez en ello finalmente pudo encontrar la verdadera Fuente de la Juventud... 




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