El Fundador
Diego de Losada |
Su vida comienza a desfilar ante él a una velocidad de vértigo, de estas visiones delirantes ya no despertará...
Acto de fundación. Fuente: Kalipedia |
Diego de Losada, rodeado de todos sus hombres, colonos y aliados aborígenes, se contempla a sí mismo, gallardo, lleno de vida. Golpea con su espada el tronco de dura madera, o rollo, con el cual se marcaba el lugar fundacional, según la usanza española, mientras dice tres veces las siguientes palabras:
"Si alguno es tan osado y tan villano que contradijere este muy grande acto, por el cual tomo posesión de este territorio y provincia, en nombre de Su Majestad el Rey de España, Don Felipe II, que Dios guarde, y para gloria de Dios nuestro señor, que comparezca y lo diga".
Escudo de armas de la Ciudad de Caracas |
Plano de Caracas. Juan de Pimentel, 1578 |
Francisco Fajardo |
Lamentablemente para Fajardo, descubrió unas minas de oro en las cercanías del valle. Haya sido por su condición de mestizo o tal vez por pura envidia, fue relevado del mando. Fue sustituido por un tal Pedro de Miranda, que en lo que se percató del peligro que representaban las belicosas tribus de la zona, prefirió poner toda la tierra posible de por medio.
Juan Rodríguez Suárez |
El mando luego recayó sobre un gran capitán, a quien conocían como el Caballero de la Capa Roja: Juan Rodríguez Suárez. Según lo que se decía, había llegado al huir de la Audiencia de Santa Fe (Bogotá). Su delito fue el haber fundado una ciudad sin autorización (Mérida, Venezuela). Pero él había sido protegido, al encontrar refugio en estas tierras. Sin contratiempos, consiguió llegar al territorio de los indios Teques, donde se encontraban las minas de oro ya mencionadas. Entonces buscó ponerse en contacto con Fajardo, quien le envió alguna gente de refuerzo. Allí se vivía en un estado de permanente zozobra.No había un momento de verdadera tranquilidad, ni siquiera en la noche. El temible cacique Guaicaipuro, se mantenía siempre a la ofensiva, fuera exitoso o no en sus intentos.
Cacique Guaicaipuro |
Tanto las minas, como el hato de Fajardo terminaron por ser arrasados, y muertas las personas que en ellos se encontraban. Aseguraban que los hijos de Rodríguez Suárez estaban entre los fallecidos. Sin embargo, este era un hombre de gran resolución y decidió fundar una villa allí mismo, en el lugar en donde estuvo el hato de Fajardo. El 1° de agosto de 1561 fundó la Villa de San Francisco, con el consabido reparto de las tierras y el nombramiento de las autoridades.
Lope de Aguirre |
Antiguo mapa de la Provincia de Caracas |
Pero Fajardo era incansable y pronto se encontraba preparando una nueva expedición. Sin embargo, fue asesinado arteramente, en Cumaná, en 1564. De ese modo, nuevamente quedaba frustrada la conquista y colonización de esas tierras.
Hasta el propio Bernáldez trató de dirigir en persona la conquista, pero fracasó estrepitosamente. Al fin optó por retirarse. Ya la rebelión indígena se estaba saliendo de cauce, amenazando con extenderse hasta territorios considerados como "pacificados".
Losada, en sus delirios, pudo verse de nuevo al recibir el oficio con el nombramiento, para dirigir la conquista de esas tierras. Fue en 1565, ¡y cómo dudó para aceptarlo! Para entonces, su vida era bastante tranquila. Al año siguiente, el nuevo gobernador, Pedro Ponce de León, le ratificó en el mando de la expedición. Por su gran prestigio, era el adecuado para comandar un nuevo intento de sojuzgar a las indómitas tribus de la Provincia de Caracas.
Lago de Valencia. Fotografía: Polarnik, Radoslaw Labno |
A los tres días de marcha, llegaron al lugar donde cinco años atrás, había muerto Luis de Narváez, con su gente. Aquel sitio fue bautizado como el Valle del Miedo. Pensamientos sombríos invadieron su mente. Losada no pudo menos que recordar ese hecho, así como la muerte del gran Diego García de Paredes, quién había caído en una emboscada, mientras buscaba a Narváez, sin saber que este había muerto. Además, no muy lejos de allí, debía estar el lugar en donde Rodríguez Suárez sucumbió en pie. Sintió un estremecimiento, rezó por los muertos y se acomodó instintivamente sus armas... había que seguir adelante.
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