domingo, 10 de marzo de 2013

Los trece de la Fama y el Fabuloso Perú (Parte III)

El fin del Imperio Inca



El estudio y la narración de los hechos históricos es una tarea algo compleja, debido fundamentalmente a la variedad de versiones y testimonios que pueden haber sobre un mismo acontecimiento. Esto ocurre aún en los relatos suministrados por testigos presenciales, o por escritores con datos de primera mano al respecto. 


De igual manera, pareciera que hay sucesos o personajes sobre los cuales no es fácil escribir imparcialmente. O es a favor o es en contra. Y a esto podemos añadir el filtro que ya hemos mencionado: el contar la historia según la versión del vencedor o interesado principal.

Batalla entre españoles e indios en una edición española de la
Conquista del Perú, de Prescott

La narración de la Conquista de Perú, es un gran ejemplo de estas afirmaciones. Hay muchos escritores que proclaman la gesta de Pizarro como una de las cimas del heroísmo humano, pero también abundan los que lo tachan de asesino y de ambicioso. Con los hechos tan lejanos en el tiempo, es preferible hacer una especie de "promedio" de las versiones, en los casos de duda. Tratar de conjugar lo bueno y lo malo, las virtudes y defectos de los personajes y sus obras; quizás así se puedan cometer errores, pero, en general, sería más probable una aproximación a la realidad histórica.


Indígenas solicitando ayuda a Pizarro para finalizar
la guerra civil entre Huáscar y Atahualpa

Al enterarse Pizarro de la guerra civil en el Imperio Inca, adaptó de inmediato su estrategia a esa situación: primero hizo creer a ambos bandos que podía ser su aliado o su amigo. Aunque parezca difícil, tuvo éxito en esto, a pesar de que habían espías que se encargaban de mantener informados a los jefes incas sobre los movimientos de los españoles. Pero era tan grande la división de los primeros, que jamás captaron que su prioridad debió ser la de unirse en contra de un enemigo común. Menospreciaron el poder de los extranjeros, por su escaso número, hasta que fue muy tarde. 


Huayna Cápac
Guaman Poma de Ayala
S. XVI

Entrando en el campo de la leyenda y las supersticiones, los incas habían profetizado la llegada de gente extraña, con una descripción parecida a los españoles, que dominaría al Imperio, ocasionando su final. Un emperador, Huayna Cápac, lo predijo y esto además coincidía con la tradición de Viracocha, que también hablaba de la caída de los Incas. Quizás esto influyó en el ánimo general, pero es imposible determinar cuanto.


Cortés y los Aztecas

Sin duda, los consejos que Hernán Cortés le dio sobre su experiencia en la Conquista de México, fueron muy útiles para Pizarro. Más que ninguno, el de apoderarse del Emperador o Rey, a toda costa, y llegado ese momento, demostrar toda la fuerza posible. Además, el tomar la capital del reino era muy importante.

 

Desembarco de los españoles en
la Isla Puná

Los españoles fueron recibidos en la isla Puná,  con grandes muestras de amistad. Se les suministraba todo lo necesario para el sustento, y así estuvieron por unos cinco meses. Pero su comportamiento indeseable, el continuo saqueo de los sitios sagrados y los excesos cometidos con las jóvenes mujeres del lugar, hizo que los ánimos se exaltaran. Combatieron durante un mes, hasta que, según la leyenda, con la ayuda de San Miguel Arcángel, los conquistadores  resultaron vencedores, y por supuesto, saquearon el lugar, logrando un gran botín.


De allí volvieron a Tumbes, luego de liberar a un grupo de guerreros cautivos en la Puná, en un intento de congraciarse con los del bando de Atahualpa. A pesar de eso, no fueron bien recibidos, ya estaban al tanto de los desmanes que habían cometido. Planeaban sorprender a los españoles, pero ya estos habían sido prevenidos y ejecutaron un ataque sorpresivo, realizando una gran matanza. El gobernador inca se rindió, y en señal de paz, les colmó de grandes riquezas. Allí permanecerían por tres meses, mientras se recuperaban los heridos y los enfermos. Era el año de 1531. Recibieron embajadores de Huáscar, que portaban valiosos regalos y les ofrecían grandes tesoros, si le ayudaban a derrotar a su hermano. Esto pareciera indicar, que Huáscar estaba mejor enterado del poder de los españoles, o que se encontraba en una precaria situación.


Atahualpa se mostró indiferente ante todo esto, a pesar de tener informes sobre las matanzas y abusos que cometían los invasores. No buscaba tampoco ninguna ayuda contra Huáscar, por considerarlo casi vencido, por lo que concentró sus esfuerzos en terminar de derrotarlo, como muy pronto ocurriría.


Fundación de San Miguel de Piura
 Ivonne Mansilla de Mata

En Tumbes, los españoles recibieron dos barcos con refuerzos, que venían de Nicaragua. En total, 60 hombres con sed de riquezas. Entre ellos, tres capitanes de renombre, Sebastián de Belalcázar, Juan de Torres y Hernando de Soto. Con esto, repuso Pizarro las escasas bajas que habían tenido, y decidió avanzar. Salieron de Tumbes en mayo de 1532, y no muy lejos fundó San Miguel de Piura, la primera fundación española en el Perú. De importancia estratégica, en caso de una retirada, y por su cercanía al mar, para mantener la comunicación con Panamá.


Muerte de Huáscar .Guillermo Prescott

Allí, les llegaron noticias del triunfo final de Atahualpa sobre Huáscar, quien fue mantenido cautivo (y luego ejecutado); que el vencedor se encontraba en Cajamarca, no muy distante de ellos. Sin duda, allí les aguardaban inmensos tesoros. Pizarro envió mensajes al Inca, para concertar un encuentro amistoso (ya sabemos cuales eran sus intenciones) y organizó la marcha. Mantuvo una pequeña guarnición en San Miguel, y partió con ciento sesenta y cuatro hombres. De ellos, sesenta y dos eran de caballería y tan sólo veinte fusileros. Contaban además, con alguna gente de servicio, incas mayoritariamente. Parecía una fuerza exigua para acometer la conquista de un imperio tan grande; pero vistos los acontecimientos, resultó ser más que suficiente.


En lo ocurrido a continuación, divergen los historiadores... algunos dicen que los incas actuaron muy confiadamente, quizás por su ventaja numérica o por creer en la amistad de los españoles. Otros opinan, que Atahualpa se mantuvo alerta todo el tiempo y continuamente les enviaba mensajes hostiles. Lo más probable, es que los incas se confiaron y fueron engañados. A lo largo del camino a Cajamarca, se mantuvieron en contacto. Incluso intercambiaban mensajes y presentes, lo que hace presumir la buena fe, o la confianza del Inca. Una señal de que esto debió ser así, es que Atahualpa mantuvo a sus mejores capitanes y ejércitos, lejos del lugar de encuentro con Pizarro: no pareció dudar de sus buenas intenciones. Hay algo que llama la atención, y es por qué si el Inca llegó a ser tan duro con Huáscar y sus familiares, luego terminó siendo  tan blando con los invasores. Esto lo hubo de pagar bien caro.


Masacre de Cajamarca. Lupo 2005


Los españoles iniciaron su travesía a través de tierras desérticas y luego ascendieron por un escarpado trayecto montañoso, hasta encontrar la ciudad amurallada de Cajamarca. Constataron que Atahualpa no los esperaba allí, lo que se constituyó en un grave error, que permitió a los españoles hacerse fuertes en la ciudad y preparar una terrible emboscada. Pizarro dispuso a sus hombres para tal fin, manteniendo oculto al grueso de su gente. El Inca se hallaba en un lugar cercano, descansando, entregado a sus rituales... ajeno al peligro que corría. Allí recibió una nueva invitación amistosa, para tener la reunión convenida en Cajamarca. 


Valverde, Felipillo, y Atahualpa

El 16 de noviembre de 1532, Atahualpa se dispuso a entrar en dicha ciudad; solo que en lugar de hacer una exhibición  de su fuerza, lo que hizo fué una de lujo y boato. Posiblemente intentaba impresionar gratamente a sus "invitados".  Al fín apareció el Inca con su enorme séquito, que incluía bailarines y músicos; eran tantos, que ocupaban todo el espacio de la plaza interna de la ciudad, justo donde Pizarro había preparado su emboscada. Según el relato más aceptado, un fraile, Vicente Valverde, junto a Felipillo, fueron los encargados de montar la celada. De un modo ruin, sacaron de quicio al emperador, con discursos que nada significaban para él. Luego, a una voz del sacerdote, se inició el ataque sorpresivo de los españoles.


Captura del Inca - Juan Lep


Fue una feroz masacre. Atahualpa fue capturado con vida. Como una demostración de no ocurrió un enfrentamiento, está el hecho de que no hubo bajas en el lado español. Las víctimas fueron desde dos mil, hasta siete mil personas, según las diferentes versiones. El posterior saqueo y los abusos cometidos, son fáciles de imaginar; pero ese era apenas el comienzo de la locura dorada. El Emperador prisionero supo de la pasión por el oro, que tenían sus captores, e ingenuamente propuso pagar su rescate con oro, mucho oro. Pizarro aceptó, posiblemente sabiendo que de igual manera debería darle muerte. El imperio incaico, jamás se recuperó después de estos hechos.


Indígenas acarreando tesoros para
el rescate de Atahualpa.

Dibujo: Theodore de Bry.

Llegó oro de todo el reino, también plata. Era un río de oro que colmaba todo, menos la codicia de los conquistadores. Y aún no habían tomado la ciudad imperial de Cusco. Pero la consolidación del triunfo debía pasar por el reparto del tesoro, para mantener contentos a todos. Por esos días, aparte de Diego de Almagro, quien llegaba con refuerzos, comenzaron a aparecer aventureros, que venían de Nicaragua. En realidad, todos eran necesarios para fortalecer el bando español, pero también hacían complicaban el reparto del botín. Pizarro fué quien decidió lo que merecía cada uno. Apartando el Quinto Real, se sabe que a cada soldado le correspondieron, desde veinte kilogramos de oro, hasta cuarenta, si era de caballería, además de una cantidad proporcional de plata. También recibieron su parte, los que quedaron cubriendo la retaguardia, en San Miguel, los que llegaron con Almagro y hasta los "sacerdotes". Por supuesto, Pizarro obtuvo mucho más que todos ellos. Todo esto, sin una sola batalla por la conquista de ese país.

 

Atahualpa en el patíbulo -
Imagen: El Bibliómata (Flickr)

Atahualpa fue juzgado, pero ya estaba condenado de antemano. El juicio fue solo para cubrir las apariencias. Fue muerto por garrote, estrangulado, tras haber aceptado el bautismo. Este sería uno de los episodios mas bochornosos en los que incurrió Pizarro. El fraile Valverde y el intérprete Felipillo, de nuevo participaron en esos hechos. 

El resto de La Conquista puede resumir en: 1) La resistencia de los capitanes incas, principalmente Quisquis, quien llegó a recuperar el Cusco. En algunas batallas, como la de Vilcas, en 1533, cerca de Jauja, quedó demostrado que los incas podían enfrentar con éxito a los españoles... pero el germen de la división seguía en el ambiente. En el bando hispano, combatían numerosos guerreros incas. 2) La estrategia de Pizarro, de colocar reyes que fueran sus títeres, para manejar a través de ellos, el espíritu nacionalista de los incas. Como resultado de esas alianzas, pudo aumentar notoriamente el tamaño de su ejército. Así fue posible controlar un territorio cada vez mayor. 3) La toma del Cusco, con la colaboración del rey (títere) Manco Inca Yupanqui. Esto puso a sus pies la capital del Tahuantinsuyo, con su enorme valor simbólico. Además, obtuvo un botín que superaba lo que habían obtenido por el "rescate" de Atahualpa. 4) La llegada de más aventureros, atraídos por las enormes riquezas. Alguno, como Pedro de Alvarado, que venía de Centroamérica, fue "indemnizado”, con una enorme fortuna, con la condición de que abandonara el Perú. La abundancia de hombres de presa, ambiciosos, y carentes de escrúpulos, fue sin duda como un caldo de cultivo para las continuas rebeliones y guerras civiles que caracterizaron los siguientes años de la historia de ese país. No hay que pasar por alto, el permanente descontento de Almagro. Al conjugar ambos factores, se puede entender lo que ocurrió después. 5) La fundación de Lima, en enero de 1535; en un lugar estratégico por su cercanía al mar, con un buen puerto. Sería la capital del Perú y una de las ciudades más importantes del Nuevo Mundo.


Manco Inca Yupanqui liderando la rebelión.
Juan Bravo - 2007


El Rey ya mencionado, Manco Inca Yupanqui, se rebeló ante los permanentes abusos de los españoles. En 1536 huyó, logrando reunir un gran ejército. Puso sitio al Cusco por casi un año, pero a fin de cuentas, debió retirarse. Entonces fundó un reino, al oriente de dicha ciudad. Este fué el origen del imperio de Vilcabamba, el cual se logró mantener durante unos treinta y cinco años.  Finalmente, los conflictos con la corona española se agravaron, lo que condujo a la captura y ejecución del cuarto y último de sus reyes, Tupác Amaru I, en mayo de 1572. Este es considerado el acto final de la conquista del Perú.


Captura, juicio y muerte de Diego Almagro
Theodor de Bry 


Pizarro y Almagro acabaron siendo enemigos. Después de su rebelión, Almagro terminó por ser capturado y mandado a ejecutar por Pizarro, en 1538. A su vez, este fué asesinado durante una conspiración, con una estocada en el cuello, en el año de 1541. Era muy difícil que su vida no finalizara con un acto de violencia. Pizarristas y Almagristas siguieron enfrentándose por varios años, en una verdadera guerra civil. Era la continuación del odio y la división en el Perú. En esos tiempos tuvieron su origen muchas inconformidades, que tal vez hayan llegado hasta el presente.

 

Muerte de Pizarro. Por M. Ramírez, 1927 - 1936

Se dice que Francisco Pizarro, herido de muerte, trazó una cruz en el suelo, con su propia sangre, y que murió besándola. Sea cierto o no, esto retrata la forma de ser y como era el alma de los conquistadores españoles: toda una vida de violencia, podia ser enmendada con un acto final de arrepentimiento. 


Foto en Machu Picchu - Perú 2010


Esta es una historia complicada y tortuosa, llena de misterios y dudas. Sería demasiado interesante, si alguna vez pudieran aclararse sus interrogantes. Un viaje hasta ese pasado, incluso podría valer más que todo el Oro de los Incas. 

 

 

Bibliografía


1) Historia del Reino de Quito. Juan de Velazco. Biblioteca Ayacucho N° 82.

2) Comentarios Reales. Inca Garcilaso de la Vega. Biblioteca Ayacucho N° 5.

3) Tradiciones Peruanas. Ricardo Palma. Ediciones Nuevo Mundo. Cuarta Edición, 1965.

4) Valores Humanos. Arturo Uslar Pietri. Vol II.EDIME. Cuarta Edición, 1982.

5) El Conquistador Español del Siglo XVI. Rufino Blanco-Fombona. Monte Ávila Editores, 1993.

6) Viajeros de Indias. Francisco Herrera Luque. Monte Ávila Editores. Cuarta Edición, 1981. 

 

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