jueves, 14 de febrero de 2013

Los Trece de la Fama y el Fabuloso Perú (Parte I)

Estatua de Francisco Pizarro en Lima
Foto: 
Manuel González Olaechea

Al pensar en lo fácil y cómodo que resulta el viajar hoy en día, en la variedad de opciones de las que uno disfruta, el confort y la rapidez de las que disponemos, no podemos menos que recordar lo difícil, incómodo y muy peligroso que era el ir de un lugar a otro hasta no hace demasiado tiempo.


¿Qué clase de seres humanos eran capaces de atravesar un continente a caballo, en mulas y hasta caminando. O de surcar los mares sobre barcos insalubres, en condiciones de hacinamiento, sujetos a toda clase de incomodidades y peligros?



La Conquista de Perú, 1531 - 1533The Historical Atlas
by William R. Shepherd, 1923

Hacia el año de 1500 DC. el continente americano, apenas recién descubierto, estaba casi totalmente inexplorado. Para el mundo europeo, era la promesa de algo grandioso, utópico; era como un gran libro, con casi todas sus páginas aún en blanco. Lamentablemente muchas de ellas terminarían siendo escritas con sangre. Al mismo tiempo significó la promesa de redención y de un futuro mejor para mucha gente. De más está decir, que salvo algunas excepciones, este "mejor porvenir" resultaba ser más atractivo para los segundones y los despreciados. También para los nobles o hidalgos venidos a menos. A estos, habría que agregar a los perseguidos, incluidos muchos presos y delincuentes. Por supuesto, el panorama lucía más promisorio para la gente joven, fuerte y audaz.


Francisco Pizarro - 1540.
Autor desconocido.
 

Un perfecto exponente de ello, fue Francisco Pizarro, nacido en Trujillo, pequeño pueblo de Extremadura, en España. Según diversas opiniones, era de origen oscuro y modesto. De niño, se dice que cuidaba cerdos, que posiblemente eran de su padre. Nunca aprendió a leer ni a escribir, apenas si aprendió a firmar con una "cruz" la cual fue adornando con el tiempo. Sin duda, la noticia de la existencia de la tierra americana, despertó en él la capacidad de pensar en algo mejor, y, ¿por qué no? de pensar en grande.




Mientras más humilde haya sido su origen, se tornaría más llamativa y meritoria su lucha, por haber llegado a convertirse en una figura tan importante, en la historia. Apartando sus errores, su gran ambición, hasta su crueldad, no debería ser juzgado sino como un "hombre de su tiempo". En el estuvo la síntesis del alma española y del soldado conquistador, sin más recursos que su valor y su ingenio. Casi podríamos decir que él y Lope de Aguirre, son las dos caras de una misma moneda.

Vasco Núñez de Balboa - Siglo XIX
Autor desconocido

Pizarro vino a América a los veinticinco años, edad tal vez un poco tardía, para buscar fortuna. Acompañó, entre otros, al intrépido Alonso de Ojeda y a Vasco Núñez de Balboa, con quien estuvo presente, cuando los ojos europeos avistaron por primera vez el "Mar del Sur", más tarde llamado océano Pacífico. Quién sabe, si su mirada y su pensamiento abarcaron mucho más allá de lo que estaba a la vista.


Pizarro yendo al Perú - Arquitecto del Capitolio - Estados Unidos

Con el paso del tiempo, Pizarro logró hacerse de una posición económica aceptable. Poseía una encomienda en Panamá. Para entonces, corrían historias sobre un reino muy rico, lejos, al sur. Quizás tenían una base real, ya que los marinos comerciantes en sus navegaciones llegaban a conocer, a veces por casualidad, algunas regiones inexploradas. Hasta se había escuchado hablar de un lugar llamado "Birú". Debemos recordar, que también muchos aborígenes, desde los primeros contactos con los españoles, tenían por costumbre, para "quitárselos de encima", hablarles de ricos lugares lejanos, siempre hacia el sur, al ver la avidez que tenían por el oro. Es posible que hasta hayan inventado esas "tierras lejanas", en donde todo era de oro.

Ciudad de México - Palacio Nacional
Wolfgang Sauber - 2008

La Conquista de México, hecho espectacular, y que además produjo inmensas riquezas, también contribuyó a estimular la imaginación de muchos hombres audaces. Así, a una edad más que madura, para esa época, Pizarro se asoció con Diego de Almagro, quien tampoco era joven y con un sacerdote, llamado Hernando de Luque. El propósito de ellos estaba claro: salir en procura del fabuloso Birú o Perú.


Diego de Almagro - 1873 - Domingo Z. Mesa


Es admirable la fuerza de voluntad y el temple de Pizarro y de Almagro, ambos sufrieron serias heridas, en sus encuentros con los aborígenes. Entre 1524 y 1527, hicieron varias expediciones, sin ayuda de la Corona. Es de suponer que esa situación los llegó a poner al borde de la ruina. Aun así, lograron arribar a las costas de lo que hoy es Ecuador, llegando a interactuar con los habitantes de esas zonas, que pertenecían al Imperio Inca, o Tahuantinsuyo.

Durante los viajes, como era tan común en esos tiempos, la gente pasaba muchos trabajos y privaciones. Mientras Pizarro continuaba con las exploración, Almagro se encargaba de viajar entre Panamá y los sitios explorados, para transportar los suministros. Mientras, el Padre Luque se encargaba de conseguir los fondos que permitieran cubrir los gastos. Sin embargo, la situación se tornó tan compleja, que la mayoría de los hombres perdió el interés en la empresa. Por el contrario, estuvieron a punto de amotinarse, debido a la constante escasez de alimentos y a la exagerada presión ejercida por Pizarro. Por todo ello, la mayoría tomó la decisión de abandonar y de regresar a Panamá.

Pizarro y los 13 de la Fama. Mural en la Catedral de Lima - Perú


Según recoge la historia, estando muy al sur, en la Isla del Gallo, llegó una embarcación de Panamá, para llevarlos de regreso. Sin más ni más: todo se daba por perdido. Entonces Pizarro, en un arrebato  heroico, sacó su espada e hizo una raya en la arena, mientras decía:    "... por este lado se va a Panamá, a ser pobres, por este otro al Perú, a ser ricos; escoja el que fuere buen castellano lo que más bien le estuviere...". Solo trece hombres cruzaron la línea. En adelante, serían conocidos como "Los Trece de la Fama".


Los 13 de la Fama en la Isla del Gallo - Juan Leppiani Toledo - 1902


Si esto ocurrió así, o no, es muy difícil saberlo. Quienes relataron esta historia, ni siquiera han llegado a un acuerdo sobre el número de personas que estuvieron del lado de Pizarro. Algunos dicen que fueron catorce, otros que fueron dieciséis; no faltan los que dicen que eso simplemente nunca ocurrió.


Pizarro en Panamá en 1524
Dibujo por Suárez del Árbol


Lo que sí parece probable, es que Pizarro, debido a su edad, ya había llegado a un momento en su vida, en el que no era posible, por su honor y hasta por amor propio, el dar marcha atrás. Por otra parte, con tan pocos voluntarios, lo más fácil hubiese sido abatirse y desistir. Eso habla del carácter de Pizarro y de su determinación de triunfar, o morir en el intento. También parece posible, que en el fondo él creía, o sabía, que más adelante llegaría disponer de más hombres a su servicio. O tal vez, fue un simple acto de "fe ciega" por el cual decidió jugárselo todo en ese momento.

Además, no parece lógico que a una expedición que no contaba con el menor apoyo de la Corona, y después de estar prácticamente perdidos en medio de la nada, les fuera enviado un barco, para socorrerlos y rescatarlos. A menos que se tratara de un barco de sus socios, Almagro y el Padre Luque, pero nunca se ha dicho que este fue el caso.

La captura de Atahualpa, por Juan Lepiani.

Alguna de las otras opciones es menos poética, o heroica. 
Sencillamente, al triunfar Pizarro, se embelleció la historia, dándole visos de epopeya.


Conquista del Perú


A través de la neblina del tiempo, es imposible dar un veredicto sobre la veracidad de estos hechos, solo se dispone de:

1)  El resultado final: Pizarro tuvo éxito en su empresa, así que hubo una cadena de acontecimientos, que concluyó en la Conquista del Perú.
2)  La Capitulación de Toledo, firmada por la Reina Consorte, Isabel de Portugal, en 1529. Allí se premian y se reconocen los servicios de varias personas, aunque se hizo de manera poco equitativa. En ella figuran los trece caballeros de la Isla del Gallo, a quienes se les otorgó el título de Hidalgo.


Pizarro ante Carlos V . Por Fortunato Julián


El carácter injusto de esta Capitulación, indudablemente fue la causa de un gran descontento y de numerosas revueltas, en los tierras peruanas. Se desatarían varias guerras civiles, cuyas consecuencias terminaron siendo desastrosas. Ya para entonces, la mayoría de los conquistadores mostraban una característica poco deseable. Aquellos hombres de hierro, que tanto habían luchado, y sufrido privaciones, para darle nuevos territorios y grandes riquezas a España, parecían ser incapaces de vivir en paz.

Los españoles en la ciudad de Cusco

El resto de esta historia merece ser contado aparte, en otro viaje virtual al pasado.


3 comentarios:

  1. Interesante recopilación de la historia de la "conquista". Me gusto tu sentido directo y critico de los "famosos", dejando al descubierto el lado mas real de su vida y los adornos propios de la historia. Esperare la proxima entrega y con tu permiso recomendare este blog!

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  2. Gracias por sus amables comentarios, me estimulan para seguir adelante con el mismo cariño. Siempre serán bien recibidos, al igual que cualquier crítica y sugerencia. Saludos!

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