El HMS Dafne en Cabo de Hornos, 1852. Por el Almirante Edward Gennys Fanshawe. Fuente: http://collections.rmg.co.uk |
Louis-Antoine de Bouganville. Por Jean-Pierre Franque, ca. 1840. Colección Palacio de Versailles. Francia |
El Endeavour frente a las costas de Nueva Holanda. Por Samuel Atkins, 1794. Biblioteca Nacional de Australia. |
Mapa de la región de la Gran Barrera australiana. Por la Autoridad del Parque Marino de la Gran Barrera, 2014. Licencia CC BY 3.0 |
Aún en ropa de dormir, Cook asumió el mando, para constatar que se encontraban en serias dificultades. En las bodegas, el agua ya alcanzaba un metro de profundidad. El riesgo de perderlo todo, era inminente. Levaron anclas y arrojaron varias toneladas de lastre al mar, en un intento desesperado de mantenerse a flote. A bordo, todos, incluso Banks y su séquito, debieron trabajar arduamente, colaborando en las labores de achique, evitando así un rápido hundimiento.
Es muy posible que de haber sido otro tipo de embarcación, sin la solidez del carbonero Whitby, se hubiese ido a pique, sin remedio. Cuando la marea comenzó a subir, la nave flotó sobre el arrecife, lo cual era una buena noticia... No obstante, todavía debían llegar a la orilla, y el agua continuaba entrando a raudales. Fue cuando uno de los ayudantes sugirió que se pasara una vela de lado a lado, por debajo del agua, para envolver el casco del buque y luego tensarla. Mientras, por dentro, se rellenaban los orificios con todo el material disponible, lana, estopa para calafatear e incluso estiércol del ganado a bordo. También la suerte intervino, cuando un gran trozo de coral se mantuvo, obstruyendo el mayor de los agujeros.
Reparación del Endeavour. Grabado, ca. 1780. Tomado de researchgate.net |
Joseph Banks en 1773. Por Joshua Reynolds. Galería Nacional de Retratos, Londres, UK. Fuente: www.csupomona,edu |
Más tarde, divisaron el punto más al norte del territorio australiano, que fue bautizado con el nombre de cabo York. Se pudo confirmar que Australia y Nueva Guinea eran dos inmensas islas, por completo separadas una de la otra. Entre ambas se encuentra el estrecho descubierto por el español Luis de Torres, allá por el año de 1606. De nuevo quedaba claro que no formaban parte del gran continente perdido.
Batavia. Por Jacob Keyser, 1730. Fuente: http://hdl.handle.net Licencia: CC BY 4.0 |
Ansiosos de diversión, algunos hombres bajaron a tierra, a visitar las tabernas del puerto, y contrajeron malaria. Para empeorar la situación todavía más, la poca o tal vez nula salubridad del agua que cargaron antes de zarpar, fue la causa de que se desatara un brote de disentería a bordo. Al final, más de dos docenas de hombres, un tercio de los viajeros, sucumbió en el camino de regreso.
Sydney Parkinson. Autorretrato, ca. 1770. Museo de Historia Natural, Londres, UK. |
Ruta del primer viaje de James Cook. Por Cristoff Lingg, 2006. Lic. CC BY-SA 2.5 |
Desembarco de James Cook en Botany Bay. Por Emanuel Phillips Fox, 1902. Galería Nacional de Victoria, Melbourne, Australia. |
A su regreso, fueron recibidos como héroes. Siempre disciplinado, apenas pisó suelo inglés, Cook se dirigió a la oficina del Almirantazgo, para dejar allí todos los cuadernos y diarios, tanto suyos, como del resto del personal a bordo. Tenía instrucciones precisas al respecto, ya que esa información era manejada en principio como secreto de estado:
"Y a su llegada a Inglaterra se presentará inmediatamente a esta oficina para entregarnos una relación completa de las actas del viaje, cuidando de reclamar, antes de abandonar la nave, los diarios y cuadernos de navegación que hayan podido llevar los oficiales y suboficiales, precintándolos para su inspección, y ordenando a aquellos y a toda la tripulación no divulgar dónde han estado mientras no reciban la pertinente autorización".
Lo usual en estos casos, era que toda la información, una vez filtrada y generalmente censurada por el propio Almirantazgo, fuera puesta en las manos de un escritor profesional, para dar forma a una versión publicable. Es fácil suponer que durante este proceso, la opinión de los verdaderos protagonistas, podía resultar menoscabada. Además, dicho proceso era lento: podía llegar a tardar algunos años. Luego de un proceso similar, en el mes de junio de 1773 salió a la luz la primera edición oficial del viaje de Cook.
Primera página del libro de John Hawkesworth,
An account of the Voyages, sobre el viaje del capitán Cook,
por encargo de Su Majestad, Jorge III. Año 1773.
Era aquella, la época dorada de los libros de viajes, aventuras y de expediciones a tierras desconocidas. Los dos mil ejemplares de esa primera edición, resultaron insuficientes y se agotaron muy pronto. En realidad, los relatos de los viajes de James Cook, llegarían a convertirse en una de las publicaciones más exitosas del siglo XVIII.
Sin embargo, paralelo a ello, existía una especie de "mercado negro". Siempre hubo editores dispuestos a pagar con generosidad, a quienes filtraran información interesante. Diarios ocultos, escamoteo de datos, espionaje, todo era bien recibido. Como resultado, se publicaban imprecisiones, e incluso mentiras, pero esos libros eran consumidos, por un público ávido de información fresca y sin censura previa.
Jorge III. Por Thomas Gainsborough, 1785. Castillo Real de Varsovia, Polonia. Fuente: Google Arts & Culture. |
Pronto se incubó la idea de organizar un segundo viaje. Al principio, Banks resultó ser el encargado de llevar adelante el proyecto. Hasta el mismo rey mostró su entusiasmo, al ofrecer dos embarcaciones. Es posible que Cook haya tenido que tragarse su orgullo, al dirigirse a Banks, en buenos términos, ofreciendo sus servicios, en el caso de concretarse dicho viaje. A pesar de su magnífico desempeño al mando, no hay que olvidar que en la armada británica abundaban los oficiales de origen aristocrático, quienes seguramente aspiraban a dirigir un segundo viaje.
Sello Neozelandés en homenaje a James Cook, 1940. Tomado del artículo de Magadalena Merbilháa, para red-cultural.cl |
De cualquier modo, ya Cook se había ganado un sitial entre los grandes exploradores de la historia. Su leyenda apenas comenzaba...
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