miércoles, 1 de julio de 2020

Roma, la Ciudad Eterna (parte 4).


Ruinas de Pompeya. Foto: Daniel Delgado, 2010.

Uno de los objetivos fundamentales en el estudio de los hechos del pasado, es el de comprender los datos disponibles, para poder reconstruir lo ocurrido durante algún período histórico, Por supuesto, en muchas ocasiones, esto no es una tarea sencilla. Puede pasar como en el caso del Antiguo Egipto: abundaba la información, pero no se lograba interpretar. O como con los Sumerios, con una historia que permaneció enterrada bajo toneladas de sedimentos. Tal vez, un hallazgo casual, como sucedió con Pompeya. ¿Qué decir de Troya, y su descubrimiento por alguien que creyó en las leyendas homéricas? También es posible encontrarse con enigmas aparentemente indescifrables, abundan los ejemplos.


Vista del Foro Romano. Foto: Marcel Roblin, 2017.
Lic. C. Commons Attribution-Share Alike 4.0 International.

¿Y la ciudad de Roma? ¿Será suficiente con la cantidad de datos arqueológicos y las crónicas antiguas? Lamentablemente, pareciera que algunos de sus primeros historiadores no eran demasiado imparciales. Además, resulta evidente que se valían de cuentos y leyendas populares, para construir parte de la historia. Pero ¿por qué lo hacían? El resultado de eso, es que hasta de el día de hoy, solo se tienen pistas y acertijos acerca de su nacimiento y su desarrollo inicial. ¿Será posible que alguna vez conozcamos la verdad de la Roma primigenia? ¿Cuánto de esa imaginativa trama, podrá ser considerada cierta? Son muchas las preguntas, que todavía buscan una respuesta.   

Saqueo de Roma, por los galos. Por Nicolás Chifflart, 1863.
Fuente: www.latribunedelart.com  {{PD-US}}
Esa mezcla de ficción y realidad, pudo haber sido una consecuencia de la invasión de los galos, hacia el año 390 antes de Cristo. Según todo parece indicar, esa fue la primera vez que una fuerza extranjera se apoderó de Roma. Durante el saqueo y el posterior incendio de la ciudad, seguramente fue muy poco lo que pudieron salvar de sus papeles y registros. De ese modo, es muy posible que la memoria escrita de los primeros tres siglos y medio de su existencia, haya quedado convertida en humo y cenizas, al perderse toda esa información. ¿Podrían ser consideradas como verdadera historia, todas esas narraciones semi legendarias?

A pesar de todo, un siglo más tarde, Roma no solo se había recuperado, también había establecido su dominio sobre un amplio territorio, cuya extensión superaba los cien mil kilómetros cuadrados. A medida que la ciudad comenzó a crecer en importancia, los historiadores romanos se vieron tentados a rellenar los vacíos de lo ocurrido durante sus inicios, con leyendas e historias transmitidas de padres a hijos. Resulta obvio el propósito de ennoblecer su origen, y de resaltar las características de lo que significaba ser un buen romano. 


El Senado romano. Cicerón denuncia a Catilina, por Cesare Maccari 1889.
Sala Maccari, Turín Italia.  {{PD-US}}
Según esos historiadores, durante el primer siglo y medio, Roma tuvo un gobierno monárquico. Fue gobernada por reyes vitalicios, pero cuyo poder estaba limitado. Ya para entonces existía un concejo de ancianos, que recibía el nombre de Senado, cuya labor era aconsejar al rey. Esa institución, llegaría a ser fundamental en la vida política de la ciudad. 


Augusto hace cerrar las puertas del templo de Jano.
Por Louis de Boullogne. Fuente: www.univ-montp3.fr  {{PD-US}}
Al desaparecer su primer rey, Rómulo, el poder quedaría en manos de Numa Pompilio, de origen sabino. A lo largo de su extenso reinado, Roma atravesaría por una época de sosiego, como pocas veces volvería a tener en el futuro. Como un dato revelador, en la ciudad existía un templo dedicado al dios Jano, cuyas puertas solo se abrían en tiempos de guerra. En el pacífico reinado de Numa Pompilio, nunca hubo necesidad de abrirlas. Pero durante los siete siglos siguientes, dichas puertas estuvieron cerradas solo cuatro veces, ¡y por cortos períodos!


Numa Pompilio recibe las leyes de Roma, de la ninfa Egeria.
Por Felice Giani, 1806. Palacio de la embajada de España. Roma.
Fuente: https://bcs.fltr.ucl.ac.be
Numa Pompilio murió en el año 673 aC. (año 80 A.U.C.). De ese modo, Tulo Hostilio, de ascendencia latina, se convertiría en el tercer rey de Roma. Al contrario que su antecesor, su gobierno se caracterizó por una política expansionista y beligerante. No dudó en restituir la temida guardia personal del rey y deliberadamente buscó agravar los roces con Alba Longa, su principal rival en la región del Lazio. Roma se estaba convirtiendo en un vecino incómodo.


El río Tíber, bajo el castillo y el puente de sant´Angelo, Roma.
Foto: Lalupa, 2005.
El río Tíber favorecía las comunicaciones y el comercio, atrayendo el bienestar y el aumento poblacional. Pero alimentar a una cantidad creciente de personas, exigía una mayor superficie, para la producción de alimentos. Por desgracia, esto tendría que ser a expensas de las tierras de otros. De nuevo nos encontramos frente a uno de los motivos de conflicto más antiguos de la historia humana.

Esa situación, provocó el recelo y puso sobre alerta a la mayoría de los pueblos cercanos, principalmente latinos y etruscos. Debido a eso, los romanos de los primeros tiempos, tuvieron que aprender a moverse con cautela, pero sobre todo, a mantenerse unidos (cosa que no supieron hacer sus vecinos). Para sobrevivir entre enemigos, era imprescindible dejar los conflictos internos en un segundo plano. Cada vez que Roma olvidó esas lecciones, las consecuencias fueron catastróficas. Por último, y no menos importante, la creación y el mantenimiento de un ejército profesional se convirtió en una prioridad. Esto sí habría de acompañarles por el resto de su historia.

Por otra parte, la influencia de los etruscos, de un modo curioso, terminó por favorecer a Roma, a pesar de su aparente enemistad. La cercanía entre ambos, ocasionó una simbiosis en el aspecto cultural. Como sería de esperar, el saldo fue positivo para los aún rústicos romanos, por ser los etruscos un pueblo mucho más civilizado.


Castel Gandolfo y el lago Albano, Italia. Lugar del emplazamiento de la ciudad de Alba Longa.
 Foto: George McFinnigan, 2005. Descargada por Gaucho, de Wikipedia Italiana.
Lic. Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported

El conflicto con Alba Longa iba in crescendo. Hacia el año 667 aC. la situación exigía un desenlace. Pese a todo, privó el buen sentido y ambas ciudades optaron por evitar una cruenta batalla decisiva, que podía dejarles a merced de otro enemigo. Como en los tiempos antiguos, el conflicto habría de resolverse mediante una lucha cuerpo a cuerpo, y a muerte, entre sus mejores hombres. Lo ocurrido en aquel duelo, llegaría a ser uno de los cuentos favoritos de los romanos. Estos, escogieron a tres valientes hermanos de la familia de los Horacios, mientras que los Curiacios darían la cara por Alba Longa. Luego de un encarnizado combate, y cuando la balanza parecía inclinarse por estos últimos, ocurrió algo asombroso... 


El juramento de los Horacios. Por Jacques-Louis David, 1784.
Museo de Louvre, Paris, Francia. Foto: The Yorck Project, 2002.
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Dos de los defensores de Roma habían muerto. El último de los Horacios, debería enfrentarse solo, a tan magníficos guerreros. No obstante, un detalle parecía favorecerle: mientras que sus rivales sangraban heridos, él se encontraba casi ileso ¡Pero eran tres valientes! Sin duda, necesitaba pensar en alguna estrategia... Decidió salir en veloz carrera, fingiendo que rehuía el combate. Los maltrechos Curiacios fueron tras él, intentando acabar con aquello de una vez. Pero al no lograr darle alcance todos juntos, pudo enfrentarlos uno por uno, y vencerlos. Ante la incredulidad general, Horacio emergió victorioso, dándole el triunfo a Roma. 


Horacio da muerte a su hermana. Por: Louis-Jean-François Lagrenée, ca.1754.
Museo de Bellas Artes de Rouen, Francia. Foto: Philipe Ales.
 Lic Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported.

Sin embargo, el relato no acaba allí. Más tarde, el héroe escuchó los lamentos de su joven hermana, quien amaba a uno de los rivales fallecidos. Ciego de ira, dio muerte a la muchacha, mientras decía: 

  "¡Que así perezca toda mujer romana que llore a un enemigo!" 

Al asesinar a su hermana, Horacio mostraba que el amor por Roma, debía ser puesto por encima de cualquier otra cosa. ¡Toda una lección de virtud ciudadana! Es posible que algún suceso real haya servido de base para este imaginativo relato. La tradición oral se encargó de conservarlo, hasta que fue recopilado y posiblemente embellecido, en una época posterior. 


Victoria de Tulo Hostilio, sobre Veyes y Fidenas,
En esta batalla las fuerzas de Alba Longa violaron
su acuerdo con Roma. Por Cavalier D'Arpin 1601.

Lo cierto fue, que la ciudad de Alba Longa quedó obligada a someterse a la voluntad de su rival. Eso se mantuvo así, hasta que encontraron una nueva oportunidad para rebelarse, cuando Roma le declaró la guerra a los etruscos. Esta vez, Tulo Hostilio perdió la paciencia... ¡Alba Longa, la ciudad fundada por el hijo de Eneas, terminó siendo destruida! Sin embargo, es un hecho interesante que sus pobladores hayan sido ubicados en el monte Celio, Además, se les otorgaron los mismos derechos que poseía cualquier ciudadano romano. 

Llegarían tiempos difíciles y continuarían las guerras... Para colmo de males, sobrevino una terrible epidemia. Todo eso afectó el comportamiento del rey, según el historiador Tito Livio. Al caer enfermo, se convirtió en un hombre místico. La mayor parte de su tiempo la pasaba en los altares, haciendo sacrificios a los dioses. Desafortunadamente, pareciera que sus ofrendas no debieron resultar gratas. Poco tiempo después, un rayo incendió su palacio, pereciendo él y toda su familia. ¡Aquello más bien lucía como un castigo del cielo! 

Sin embargo, mucho más realista podría ser la opción de que algún descendiente de Numa Pompilio, aspiraba al trono y no encontró una mejor solución, que asesinar a Tulo Hostilio. De ese modo, en medio de una tormenta, irrumpió con sus seguidores, asesinó a la familia real y puso fuego al palacio. Luego, no sería difícil atribuir el incendio a la voluntad del rey de los dioses. Hay que decir, que a todas luces, gobernar Roma se estaba convirtiendo en una ocupación muy peligrosa. 

Anco Marcio, cuarto rey de Roma.
De: Promptuarii Iconum Insigniorum
Publicado por Guillaume Rouille, 1553.
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Ese hombre debió ser Anco Marcio, quien a fin de cuentas, fue investido como el cuarto de los reyes romanos. Todo parece indicar que la justicia prevaleció durante su reinado. Continuó con la expansión romana en las tierras del Lazio y además realizó numerosas obras públicas. En esos tiempos, el explosivo desarrollo de la ciudad, atrajo nuevos pobladores, que fueron ubicados en el Monte Aventino, una de las siete colinas de Roma. Podría decirse que aquellas gentes eran consideradas tan solo como "mano de obra". Se les daba el despectivo nombre de plebeyos, es decir, gente común... 


Vista de Roma, desde el monte Aventino. Litografía por Eberhard Emminger, ca. 1850.
Según la tradición, este fue el lugar elegido por Remo, para fundar la ciudad.
Fuente: www.zeller.de {{PD-US}}.
Posteriormente han surgido dudas acerca de los logros del reinado de Anco Marcio. Sobre todo, el que los siguientes reyes romanos hayan sido de origen etrusco, lleva a sospechar que al menos en cierta medida, debieron haber estado bajo el control de ellos. Pero, los poderosos y civilizados etruscos tenían una gran debilidad. Ella era la marcada falta de unidad entre sus ciudades. Al final, esto abriría la brecha para la victoria romana. El destino de los etruscos sería el desaparecer de la Historia y ser absorbidos por Roma, cuyo camino la conduciría a ser la dueña del mundo...  

Por supuesto, los historiadores que escribieron sobre ese período, deben haber hecho lo posible por hacer modificaciones, eliminando todo lo que pudiera afectar al orgullo romano. Ante ciertas situaciones que pudieran avergonzarles, era preferible dejar correr la imaginación y reconstruir los eventos, mezclando la realidad con la fantasía. De nuevo, es bueno recordar aquello de "la Historia la escriben los vencedores..."










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