martes, 21 de enero de 2020

La historia de dos iglesias (parte 5).



En la segunda mitad del siglo pasado, la situación de la Basílica de El Salvador se hacía preocupante. Saltaban a la vista las fisuras en varios de sus pilares. El terremoto de marzo de 1985, se encargó de demostrar la peligrosidad de la construcción, muy debilitada a lo largo de los años. En ese tiempo, se decidió el traslado de la imagen de la Virgen del Carmen, hasta la Catedral Metropolitana. En el año 2004, fue devuelta a la Parroquia El Sagrario, donde ya había estado hacía más de cien años. Por cierto, hasta allí fue a perseguirla el infortunio, cuando fue incendiada de manera intencional, por un desquiciado. Casi por milagro pudo ser restaurada y hoy la podemos contemplar en su hermoso altar, al lado de la Plaza de Armas.





Luego del fuerte sismo del año 85, un popular diario de la ciudad, titulaba así... "Destrozos irreparables en monumentos nacionales: Demuelen Basílica del Salvador". ¡Tal era el estado del templo! El colapso de algunos pilares, había ocasionado el derrumbe de la bóveda superior y la pérdida del ábside. La nave central, con sus otrora hermosos arcos ojivales, lucía en ruinas. Había pedazos de algunos vitrales esparcidos por doquier, al igual que una buena parte de la ornamentación. El amplio espacio interior de la iglesia, lleno de escombros, ofrecía un lamentable aspecto. El magnífico órgano, orgullo de la ciudad, resultó completamente destruido. 



Aunque en el exterior la situación no era más halagüeña, a los pocos días, un estudio técnico hizo revivir las esperanzas: la basílica sería salvada y reconstruida. Pero había que actuar con celeridad, se hacía urgente proteger su estructura fundamental. Cualquier otro temblor medianamente fuerte podría derribarla finalmente. El pésimo estado de los arbotantes era una muy mala noticia. La iglesia debió ser sujetada y apuntalada, con vigas metálicas, y corchetes o grapas de hierro, en un intento para sostener aquel cascarón semi resquebrajado. 



En el interior, se levantaron dos pilares de concreto, para impedir el derrumbe final de los techos. Algunos muros debieron ser sujetados, o reconstruidos. Se reparó la fachada del crucero, incluso fueron sustituidos los vitrales perdidos. Aun más, la capilla del lado oriental fue habilitada para continuar ofreciendo la misa. Pero cuando todo parecía marchar bien, los trabajos debieron ser detenidos, por escasez de financiamiento. Los altos costos se habían convertido en una traba para la recuperación del templo.



Proyectos y buenas intenciones no faltaron, pero solo quedaban en eso. El deterioro continuaba, hasta que en el año 2004, la Basílica terminó por ser definitivamente clausurada... ya no era posible seguir exponiendo al peligro a las personas que continuaban asistiendo a ella. Ahora, el abandono se convertiría en una nueva amenaza. 



No obstante, en 2009 surgió un ambicioso proyecto, que no solo preservaría la construcción, también incluía la restauración de la iglesia. Dicho proyecto contaba con los recursos financieros necesarios. Pero ya la naturaleza tenía sus propios planes... a comienzos del siguiente año, la tierra se sacudió con una violencia tal, que dejó todo aquello en un estado deplorable. Más que nunca, la Basílica parecía fatalmente herida.  



En ese tiempo, el venerable edificio tocó el punto más bajo de su existencia. La vegetación que empezó a crecer entre las ruinas, fue el testimonio palpable del abandono. Acumulación de basura, utilización de sus espacios como guarida por quienes cometían fechorías por los alrededores. Hasta terminó por convertirse en vivienda de personas indigentes. Aceleradamente, se iba perdiendo lo poco que aún quedaba en buenas condiciones. Además, se produjo el lamentable saqueo de algunas piezas de valor histórico. Esta práctica llegó a tal extremo, que una venerada figura de Jesucristo que presidía la fachada, desapareció un día, a pesar de su gran tamaño.



Todas esas circunstancias, se agregaban a la peligrosidad que representaba el ruinoso templo, para la comunidad aledaña. Esto se pudo evidenciar en el año 2014, cuando se desplomó una parte de los techos, durante una lluvia. Por fortuna no hubo personas lesionadas, pero si resultaron dañados varios vehículos. Los vecinos interpusieron una demanda en contra del arzobispado, ante los tribunales de justicia, solicitando la demolición del edificio. Se impuso el criterio de preservar aquella joya arquitectónica, aunque había que garantizar el resguardo de la integridad de las personas y sus bienes. 



Hoy, la comunidad vecina no parece correr peligro alguno. Solo habría que agregar, que en el vecindario aseguran haber escuchado ruidos extraños provenientes del templo, en las noches. La creencia general es que se trata de almas en pena. Pero se han habituado de un modo, que el asunto no les inspira ningún temor. Ya sea que se trate de algunos bromistas o de verdaderos eventos "paranormales", esto le añade un toque pintoresco al lugar. Imaginamos que este debe ser un lugar de interés, para los emocionantes y macabros tours nocturnos que organizan algunas empresas, en la ciudad de Santiago.  



Volviendo al tema, afortunadamente, se creó la Fundación Basílica del Salvador, con la participación del capital privado, la iglesia y el estado. En noviembre de 2014, se iniciaron en firme los trabajos para su recuperación. Todo comenzó con la remoción de escombros, guardando y catalogando lo que fuera aprovechable en medio de aquel caótico rompecabezas. La prioridad sin duda era la estabilización de la estructura, y la instalación de un sistema de amortiguamiento sísmico. Los trabajos sufrirían otro retardo, a mediados del año siguiente, debido a la crónica falta de financiamiento. Esta vez, el estado aseguró los fondos necesarios para la continuación de la obra.



La iglesia está sostenida internamente por una armazón de cuarenta pilotes metálicos. Además se incluyó un área de seguridad, determinada por una estructura piramidal en medio de la nave central. Externamente, también se encuentra apuntalada por armazones de acero. En el año de 2017 culminaron los trabajos que aseguran la estabilidad de la edificación por cincuenta años. Es importante agregar que también fue necesario proteger el derruido techo. Con cada lluvia, se agravaba la situación interna. La parte superior del templo fue cubierta por una enorme y liviana "prótesis". En cuanto a la restauración interna y externa, que en buena medida es un trabajo artístico, habrá de ser un proceso muy laborioso. Se calcula que por lo menos en unos 5 años pudiera ser habilitado nuevamente para recibir al público.



Como es fácil notar, la historia de esta Basílica y la Iglesia de La Compañía de Jesús, pareciera guardar una relación que va más allá del origen... La permanente lucha contra las vicisitudes impuestas por la naturaleza y la mayoritaria voluntad para su rescate, una y otra vez, con una terquedad que a veces pareciera ir en contra del más elemental sentido común, convierte a ambos templos en más que una edificación: son un símbolo de la Fe del país, y de su inquebrantable espíritu de lucha. Mientras exista la Basílica, no será del todo olvidada la tragedia de La Compañía. Algo es seguro, un pueblo que cuida su fe y su historia, siempre tendrá abiertas las puertas hacia un mejor porvenir. 





Para mayor detalle, recomendamos los siguientes videos:



Basílica del Salvador. YouTube, por Cristian Carvallo, 2013.




Basílica Drone Nov 2017 1. YouTube, por Basílica del Salvador, 2018.




Reforzamiento estructural y protección arquitectónica Basílica del Salvador. YouTube, por Ministerio de Obras Públicas Chile, 2018.

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