Estatua de Ramsés II. Museo egipcio de Turín. Italia |
Un día de septiembre de 1976, en medio de un inusual movimiento, llegó a Francia en un avión militar, recibiendo honores de jefe de estado, nada menos que una momia. Ese vuelo, previamente había dado una vuelta sobre algunos monumentos históricos, antes de salir de Egipto, para honrar a tan ilustre pasajero. El propósito de ese viaje era el de someter a tratamientos a dicha momia, para evitar su lento pero progresivo deterioro por la acción de microorganismos.