Levantando el Poste de la Libertad, en 1776. Pintado por Frederick A. Chapman. Grabado por John C. McRae, Nueva York, 1875. Biblioteca del Congreso, EEUU. |
En el año de 1778, la llama de la rebelión amenazaba con propagarse hacia las demás provincias norteamericanas. La recién destituida cámara de los ciudadanos de Virginia siguió operando en la clandestinidad, dedicándose a sabotear las actividades comerciales británicas. En Nueva York, la temperatura también iba en aumento. Algunos grupos de exaltados, adoptaron la costumbre de colocar altos postes de madera o Astas de la Libertad, en algunas plazas o lugares céntricos de la ciudad. Alrededor de ellos, los ciudadanos se reunían, para conversar y expresar sus opiniones políticas. Allí tampoco faltaba el licor. Sobre el madero, se fijaban carteles de protesta y era común que los ánimos se exaltaran, pero sin llegar a causar mayores problemas de orden.