Leif Ericsson en la costa de Vinland. Por: Monro S. Orr Fuente: Mary MacGregor. Stories of the Vikings, 1908 |
Leif y sus hombres regresaron a Groenlandia. En ese viaje lograron rescatar algunos náufragos: ¡todo un milagro en medio de aquellos mares! Seguramente tenían grandes expectativas, acerca de las magníficas posibilidades de los lugares que habían visitado. Sin embargo, los acontecimientos a menudo se desenvuelven de manera caprichosa, y se van hilvanando, sin que alguien pueda evitarlo. Leif Ericsson no volvería a ver esa tierra prometida... Tal vez bajo su conducción, los vikingos hubiesen logrado establecerse en Norteamérica. Pero, ¿cuáles podrían haber sido las consecuencias? Es difícil saberlo, seguramente, pudo haber sido gran una sacudida, en medio del marasmo de la Edad Media.
Leif Ericsson descubre América. Por Christian Krohg, 1893. Galería Nacional de Noruega. |
Entusiasmado por todo lo que se escuchaba, Thorvald, también hijo de Eric, se interesó en continuar con el reconocimiento de esos territorios. Convenció a su hermano, e incluso logró que le prestara su barco. Poniendo proa hacia el occidente y siguiendo sus indicaciones, pronto avistaron la tierra americana. Algunas de esas playas, ya habían visto pasar un barco vikingo y a sus ocupantes caminar por sus arenas. Pero habrían de transcurrir varios siglos, antes de que una escena parecida se repitiera.
El primer día de verano en L´anse-aux-Meadows, Terranova, Canadá. Recreación del campamento vikingo. Foto: Carlb, 2002 |
Hasta ese momento, los vikingos solo se habían dedicado a la exploración de esos lugares. A pesar de la mala experiencia y del triste final de Thorvald, no pasaría mucho tiempo antes de que comenzaran a organizar una nueva expedición. A diferencia de los viajes anteriores, esta vez intentarían fundar una colonia allí. Ocurrió del siguiente modo...
Gudrid, la hermosa viuda de Thorvald, fue pedida en matrimonio por un rico viajero islandés. Como era la costumbre, la decisión fue puesta en manos del líder de la colonia, Leif Ericsson, quien no tuvo ninguna objeción. Según el relato, ella persuadió a su nuevo esposo, cuyo nombre era Thorfinn Karlsefni, para que se convirtiera en el líder de una expedición hacia Vinland. Una vez culminados los preparativos, a bordo de tres naves, zarparían unas sesenta personas, cargando sus pertenencias y su ganado.
Thorfinn Karlsefni, por Einar Jónsson ca. 1918. Philadelphia, EEUU. Foto: Smallbones. |
Monumento a Gudrig y su hijo Snorri en Glaumber, Islandia. Foto: Kathryn Buchanan, 2007. Fuente: en.wikipedia |
Villa Inuit, en la Isla Baffin. Del libro sobre el viaje de Sir John Franklin, por Charles Francis Hall, Nueva York, 1865. Foto: Finetooth, 2008. |
Así, se repitieron los encuentros, hasta que un día, atacaron de manera súbita. Una gran cantidad de guerreros llegaron en sus botes y en medio de un furioso griterío, les lanzaban piedras, valiéndose de hondas. También utilizaban una especie de bomba incendiaria, que sembró el terror entre los vikingos. Por si aquello fuera poco, había que agregar un ser, al que los vikingos describieron como un "unípedo saltarín", que era infalible con sus flechas envenenadas. Fue entonces cuando surgió Freydis, hija de Eric el Rojo. Con duras palabras fustigó a su gente, que se batía en retirada:
"¿Por que corréis ante tales miserables? Yo estaba segura de que ustedes, jóvenes gallardos, podrían acabar con ellos como si se tratara del ganado. ¡Vaya! Veo que si yo tuviera un arma, podría hacerlo mejor que vosotros."
Freydis, hija de Eric el Rojo. |
Ante la continua amenaza, la incipiente colonia vikinga hubo de ser abandonada. Desde Terranova, partieron de regreso hacia Groenlandia. Para aquellas personas, debió ser vergonzoso el haber tenido que huir del modo que lo hicieron. Sin embargo, resultaba obvio, que era imposible establecerse en esas tierras, si no se contaba con un mayor apoyo armado. Eso lo debió saber Leif Ericsson muy bien. Pero desde Groenlandia, no era fácil para brindar ese apoyo. Allí no abundaban los recursos económicos, ni los hombres de guerra necesarios. En cuanto a Islandia, estaba muy lejana y se encontraba inmersa en sus propios problemas.
Según se cuenta, Gudrid y su esposo Thorfinn Karlsefni, no quisieron saber más de las nuevas tierras, y en búsqueda de una vida más sosegada, partieron para Reynines, en Islandia. Fue entonces, que la aguerrida Freydis organizó una nueva expedición, que terminaría siendo la última de los vikingos a Norteamérica. En esa oportunidad, fue el carácter irascible de ella, el que daría al traste con sus propios planes. Aquel nuevo intento, tendría un epílogo sangriento y en la siguiente primavera, se vieron en la necesidad de retornar a Groenlandia. Lo ocurrido fue de tal gravedad, que debió ser castigado severamente por Leif Ericsson. Además, maldijo a su hermana Freydis y a su descendencia, lo que era algo terrible, de acuerdo a sus costumbres.
Los vikingos no volvieron a América. Desde entonces, el manto del olvido fue cubriendo su recuerdo, dejando pocos registros de ese hecho, que debió haber sido trascendental. No cabe duda, que para su exploración y colonización, hubiese sido necesario establecer una base de operaciones estable y segura en Groenlandia. ¡Pero esto era casi imposible! Pero la gran distancia hasta Islandia y la aun más lejana Noruega, de por sí les imponía una barrera para las comunicaciones y el comercio. Incluso, resulta lógico suponer que los mares borrascosos y helados de aquellas latitudes, les dejaban prácticamente aislados, durante buena parte del año.
Lo que parecía ser una empresa destinada al fracaso, terminó por desalentar a Leif Ericsson. Al final, perdió todo el interés y la curiosidad que esas tierras alguna vez le inspiraron. En cuanto a la situación en Groenlandia, lejos de mejorar, fue empeorando con el pasar del tiempo. Hacia el año 1200, el avance del frío del norte había convertido a la isla en un lugar bastante inhóspito. Cada vez menos barcos cubrían la ruta hasta allí. Como consecuencia, sus productos de exportación más importantes, como las pieles y el marfil, comenzaron a perder mercado. Fueron tiempos difíciles: la peste negra se había enseñoreado en Europa, y también llegó a Groenlandia.
Piedra rúnica hallada en Kingittorsuaq, al noroeste de Groenlandia. ca. Siglo XIII. Fuente: www.arild-hauge.com {{PD-US}} |
Primer desembarco de Colón en América, por: Dióscoro Puebla, 1862. {{PD-US}} |
No hay comentarios:
Publicar un comentario