miércoles, 24 de julio de 2019

Roma, la Ciudad Eterna (parte I).



Maqueta de Roma, época de Constantino, por Ítalo Gismondi, ca. 1937.
Foto: Annie Dalbéra, 2011. Lic. CC BY 2.0

Es innegable la influencia que ejerció Roma sobre lo que conocemos como "la Cultura Occidental". Durante varios siglos, ellos impusieron su poder de manera omnímoda, sobre todo el occidente civilizado. Y eso es algo, que nunca más volvería a ocurrir en la Historia... La Pax Romana, a pesar de todos sus defectos, permitió cierta unidad cultural a lo largo de sus extensos dominios, lo que a la postre acarrearía interesantes consecuencias. Aunque la decadencia y caída de aquel imperio, significó el inicio de un período de estancamiento, su semilla benefactora había quedado bien sembrada en el espíritu humano.


Durante el segundo milenio antes de Cristo, nada hacía presagiar que en medio de unas tierras semisalvajes, llegaría a surgir la mayor potencia de la antigüedad. Mientras florecían avanzadas civilizaciones en el Valle del Nilo, en Creta y más al oriente, en Asia, la península italiana estaba poblada por tribus dispersas y poco civilizadas. Pero esta situación cambiaría drásticamente, hacia el año 1200 aC. Violentos invasores llegados del norte, provistos de armas de hierro, comenzaron a arrollar todo a su paso. Esto significó el ocaso de la Edad de Bronce.


Algunas civilizaciones antiguas, se vieron sacudidas en sus cimientos, otras desaparecieron para siempre. Sin embargo, en Italia ocurrió algo diferente, debido al relativo atraso en el que se encontraba. Aquellos férreos invasores, resultaron ser más civilizados que los rústicos habitantes de esas tierras... por lo que su aporte cultural terminó siendo positivo. En Villanova, cerca de Bolonia, fue encontrado el primer asentamiento significativo de esas gentes. Por esa razón se le dio el nombre de Cultura Villanoviana. En la actualidad, se acepta que los Etruscos (la primera civilización autóctona importante en Italia), provenían de dichos villanovenses. Sin embargo, en ellos hay una marcada influencia oriental, específicamente del Asia Menor. Tal vez se deba a los intercambios comerciales, pero también podría tratarse de la llegada de personas desplazadas de sus territorios nativos.


Bailarines y músicos etruscos. Tumba de los Leopardos, necrópolis de Monterrozzi, Tarquinia, Italia. ca. 475 aC. Fuente: Le Musée Absolu, Phaidon, 10-2012. Foto: Yann Forget.

Por muchas razones, los etruscos constituyen un interesante enigma. Sin duda alguna, merecen un capítulo aparte en nuestros recorridos por el pasado. Lo cierto, es que en ellos se repetirían los procesos de asimilación cultural y étnica. Se convirtieron en precursores de algo que pronto comenzaría a hacerse sentir en el mundo antiguo: el nacimiento de una insignificante aldea, que se catapultaría hasta obtener un inusitado poder...

Hacia la mitad del Siglo VIII aC. los etruscos dominaban la zona central de la península italiana. Al sur, los griegos habían prosperado en lo que llegaría a conocerse como la Magna Grecia. Mientras, Cartago mantenía su influencia al oeste de la isla de Sicilia. En esa época fue fundada Roma, justo al sur de los dominios etruscos, el 21 de abril del año 753 antes de Cristo, según la tradición... Es muy posible que se haya formado por la fusión de varias aldeas, esparcidas entre algunas colinas y en las márgenes del río Tíber. Aquel primer núcleo urbano ha recibido el nombre de Roma Quadrata, cuyo exacto emplazamiento no ha podido ser precisado. La ciudad se desarrolló a partir de las famosas siete colinas, por lo que desde el comienzo contaba con una situación privilegiada, para su defensa. 



Vista del río Tíber, con el Puente Roto y la Colina del Aventino, ca.1680. Por:Gaspar van Wittel. 
Fuente: Web Gallery of Art {{PD-US}}

Situada en la región del Lazio, a veintiocho kilómetros del mar Tirreno, Roma estaba dentro del área de influencia de una confederación de ciudades-Estado: la Liga Latina, surgida para enfrentar el creciente poderío de los etruscos. 

Pero la joven ciudad era como un águila, presta a ejercer su hegemonía en aquellos territorios. Para ello, debieron aniquilar a otras ciudades (etruscas o latinas), hasta dejarlas prácticamente sepultadas en el olvido. Hay que agregar que el ascenso de Roma hubiese sido improbable, de no ser por la falta de unidad de las ciudades etruscas. La rivalidad entre ellas, les impidió hacer frente al enemigo común; de ese modo, el águila romana pudo devorarlas una por una. 

Luego, c
omo ya dijimos, vendrían tiempos de inconmensurable grandeza y esplendor. Sus gobernantes terminaron convertidos en unos dioses, que regían sobre casi todo el mundo conocido. Es debido a esto, que algunos historiadores y poetas de la antigua Roma, se dieron a la tarea de convertir el nacimiento de la ciudad, en una historia épica. Su origen fue "ennoblecido", inspirándose en míticos personajes y sucesos. 

Según ese criterio, era importante que el ciudadano romano sintiese un legítimo orgullo por su origen, y que sus ejércitos fueran los guardianes y herederos de un pasado glorioso. De ese modo, convirtieron la fundación de Roma, en una saga de la Guerra de Troya. El antiguo poema homérico, que narra la destrucción de la opulenta ciudad, con sus héroes y dioses, les parecía idóneo para hilvanar una atractiva historia. El resultado fue un relato fantasioso, que contiene serios anacronismos y simbología, por completo carente de una base histórica creíble. No obstante, la leyenda de los gemelos amamantados por una loba, llegó a ser muy popular, porque en ella se daba una explicación al valor y el coraje que debía estar presente en todo buen romano.


La Loba Capitolina amamantando a Rómulo y Remo.
 Bronce, Siglo XII (los gemelos fueron añadidos en el Siglo XV). 
Foto: Jean-Pol GRANDMONT, 2011. Lic. CC BY-SA 3.0

A pesar de tratarse de meras fantasías, durante mucho tiempo todo aquello fue tenido como cierto... Pero de una manera gradual, los hallazgos arqueológicos, han ido llevando a una mejor comprensión del origen de Roma. ¡Tal vez aún nos aguarden maravillosas sorpresas bajo su milenario suelo!

 














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