Hacia el suroeste de Alemania, a orillas del Rin, existe una pequeña ciudad,cuyo nombre es Worms, situada en medio de una zona de producción de vinos de alta calidad. Es posible que sea la ciudad más antigua de Alemania, y a pesar de lo pequeña, tiene gran importancia histórica: su nombre está asociado a Martín Lutero y la Reforma. Sus hermosas edificaciones antiguas, son testigos de su interesante y larga historia.
Catedral de Worms
Sin embargo, esta ciudad es tan conocida por su historia como por sus leyendas. El Cantar de los Nibelungos transcurre mayormente en ella. El dragón, que es sin duda alguna un símbolo de Worms, inmediatamente hace evocar a Sigfrido, a los Nibelungos y sus míticas aventuras. Un aire medieval, merovingio, algo misterioso, flota en muchos de sus rincones. Todo esto le confiere a estos lugares un encanto especial, además de un atractivo turístico innegable. Tal vez un gran tesoro esté allí, esperando a ser hallado.
El Cantar de los Nibelungos, La Saga Volsunga, El Anillo del Nibelungo, son algunos de los nombres que se le han dado a una de las piezas fundamentales de los mitos nórdico-germánicos. Las versiones de esta historia llegan a ser tan variadas, que por momentos parece que se tratara de relatos diferentes. Sin embargo, todas se refieren a la vida y la muerte de un héroe, Sigfrido (Sigurd), al enorme tesoro que le pertenecía, y además a la tragedia que él ocasionó al faltar al amor al que estaba destinado con Brunilda (Brynhild), pero que terminó siendo para Krimilda (Gudrun).