jueves, 27 de noviembre de 2014

Druso, Tiberio y la catástrofe de Varo (parte II, Arminio)




El Hermannsdenkmal. Foto: Nawi 112


Hacia el norte de Alemania se encuentra una hermosa e interesante región, en buena parte inmersa en parques naturales, ideal para un gran número de actividades recreativas. Se trata de El Bosque de Teutoburgo, en él se destaca un magnífico monumento, que muestra la figura de un gran guerrero, un personaje de un pasado heroico, en actitud triunfal. No hay duda de que se trata de un símbolo del orgullo de la nación. ¿Quién puede ser ese personaje? ¿Por qué se encuentra ese símbolo en ese lugar?




Germania Magna, en tiempos de Augusto, por Cristiano64


Por el año 7 de nuestra era, Augusto decidió que ya era tiempo de ejercer el control político de las tierras situadas entre los ríos Rin y Elba (Germania), que ya habían sido subyugadas militarmente. Así, nombró como Gobernador de esa provincia a alguien de su confianza: Publio Quintilio Varo. Pero él terminaría cometiendo tantos desaciertos, en lo civil y en lo militar, que no resulta erróneo calificarlo como el primer responsable del fin de la corta hegemonía romana  en las tierras germanas.


Reconstrucción del rostro de Varo


La política de Varo fue la de presionar al pueblo, por la imposición de las leyes romanas y mediante el cobro de impuestos excesivos. Esto fue incubando el descontento entre unas tribus y clanes acostumbrados a un sistema de vida mucho más libre. De ese modo se fue gestando una gran revuelta. Entonces, entre los germanos surgió un líder: cuyo nombre era Hermann, o Arminio, como fue llamado por los romanos. Para entonces él era un joven de 25 años.



La Vía Appia, Roma, de P. Universal-Lexicon 1891


Arminio, de origen noble, había tenido la oportunidad de educarse en Roma. Llegó a ocupar cargos militares, y además poseía la ciudadanía romana. No deja de llamar la atención su comportamiento posterior. ¿Hasta qué punto su actuación fue en contra de los romanos en general? ¿O tal sería una solamente una reacción frente al gobierno despótico de Varo? ¿Se habrá preparado dentro de la disciplina romana, pensando en utilizar ese conocimiento para enfrentarlos más tarde? Lo que sí está claro, es que supo ganarse la confianza del gobernador, para conducirlo hacia una trampa, mediante una estrategia de engaños. A pesar de las advertencias de muchos de sus colaboradores, y de su propia experiencia, Varo mordió el anzuelo, podría decirse que de manera inocente.
  

Soldados romanos, Siglo I




Esa estrategia consistía principalmente en atraer al ejército romano hacia el interior de la provincia, organizando algunas revueltas, y una vez allí tratar de desorganizarlos en la medida de lo posible. Con toda seguridad, al mismo tiempo se preparaba y se armaba a mucha gente, para esperar el momento de dar un gran golpe. Los romanos establecieron su cuartel de verano en un sitio bastante alejado de la frontera del Rin, sin saber que se encontraban en un territorio por completo hostil, mientras Arminio y sus hombres supuestamente cuidaban la retaguardia. 



Paso de los romanos por el sitio de la emboscada


En el otoño, cuando Varo y sus legiones regresaban hacia el Rin, para pasar el invierno, los germanos organizaron una nueva revuelta falsa. Esto condujo a los romanos, a internarse aun más en esos territorios. La trampa estuvo organizada de tal modo que las legiones romanas tuviesen que atravesar por una región de difícil paso. Se trataba de una estrecha franja de tierra, flanqueada por una colina escarpada al sur y por una zona pantanosa al norte. Aquello funcionaría como un verdadero embudo, para tres legiones, cohortes, caballería, y una gran cantidad de civiles, que hacían muy lento y dificultoso el avance.



Emboscada en Teutoburgo


Al transitar por un camino tan angosto, los legionarios tuvieron que marchar en una fila, que debió tener una longitud de varios kilómetros. Arminio y sus hombres entonces abandonaron la retaguardia y se dio la señal para iniciar el asedio. Es muy probable que los germanos acudieran masivamente a la terrible emboscada, y con flechas y lanzas comenzaran a diezmar a los romanos, sin que se enterasen los que marchaban mucho más adelante. 


Batalla del Bosque de Teutoburgo


El ataque se prolongó por tres días. Al percatarse Varo de lo grave de la situación, trató de organizar el resto de sus legiones, pero el sitio de la lucha, también elegido por los atacantes, era totalmente desfavorable a los romanos. Lo que ocurrió allí fue una masacre, Varo y algunos de sus colaboradores terminaron suicidándose. No hubo cuartel ni piedad para los que se rindieron, posiblemente se hicieron sacrificios a los dioses, con muchos de los prisioneros.


Los pocos que lograron escapar, fueron quienes llevaron la noticia a Roma, causando una gran conmoción. Se llegó a temer una inminente invasión germana a Galia y a Roma. Augusto enfermó y por mucho tiempo lamentó esta dolorosa derrota; se perdieron tres legiones, muy difíciles de reponer por motivos presupuestarios. En dos siglos, los romanos no habían sufrido una derrota tan importante. 


Protector  romano hallado en Kalkriese


El lugar exacto de esta batalla ha sido motivo de búsqueda y de discusiones. Por mucho tiempo se pensó que el sitio más probable era en donde se levantó el monumento de Arminio. Aunque los hallazgos de objetos romanos han sido frecuentes en esos territorios del Bosque de Teutoburgo, solo hacia el año de 1987 pudieron hallarse restos militares, que indicaran la posibilidad de un enfrentamiento como ese. Fue en la colina de Kalkriese, al norte del mencionado bosque (a 45 km de distancia del lugar anterior).  El posterior estudio arqueológico ha aportado abundante material y los elementos geográficos coinciden además con la descripción dada por los historiadores romanos antiguos.
 

El limes germano


Roma reaccionó con energía. Tiberio regresó al frente, para asediar por mar y tierra a los germanos. Pero en realidad, la intención de Augusto fue solo hacer ostentación del poder imperial, para prevenir una posible invasión a La Galia. Lo importante en ese momento, era conservar el límite marcado por el Rin. Nunca más los romanos pretendieron mantener la frontera del Elba. Al este del Rin, se conformaron con el control de algunas franjas de tierra y en la costa, estableciendo puntos de vigilancia y murallas (limes).


Germánico


La frontera con los germanos, seguiría siendo motivo de gran preocupación para Roma. Además, la moral de los soldados que la custodiaban llegó a estar por el suelo, debido a las duras condiciones en las que se encontraban. De nuevo contaban con Tiberio, pero surgió también la figura de un hijo del recordado Druso (el mayor), poseedor del mismo carisma de su padre, además de ser un buen militar. Este joven, llamado Germánico, había acompañado a Tiberio en la expedición punitiva que siguió a la gran derrota de Varo. A él le correspondería el mando de las desmoralizadas tropas romanas que custodiaban la frontera del Rin (para entonces, Tiberio había sido investido como el sucesor de Augusto). Con su carácter, buen trato, además de la promesa de mejorar la situación de los soldados, pudo disponer de una gran fuerza para invadir de nuevo a Germania (año 14).



Idistaviso, por Pablo Knotel


Podría afirmarse, que la verdadera labor de Germánico fue reponer el honor y el orgullo romanos. Condujo su ejército por el interior de la provincia de Germania y derrotó a los duros guerreros teutones en varias oportunidades. Llegaron al sitio en donde Varo sufrió su tremenda derrota, allí se rindieron honores fúnebres a los caídos. Logró recuperar dos de los estandartes de las tres legiones perdidas. Se enfrentó a Arminio y lo derrotó en Idistaviso. Sin embargo, también sus tropas llegaron a encontrarse en situación comprometida, en alguna ocasión. Lo cierto, es que Tiberio lo llamó y ordenó a sus legiones regresar hasta el Rin, en el año 16, sin duda en concordancia con el criterio de Augusto, de que era difícil y costoso para Roma el mantener la frontera del Elba.

Lo ocurrido posteriormente a Germánico, su traslado hacia los países del Cercano Oriente, sus logros y su temprana muerte, a los treinta y cuatro años, ha dado mucho mucho de que hablar y especular, pero esa es otra historia...


Arminio. Fotografía por Daniel Schwen


Arminio, por su parte, continuó en su lucha contra el poder romano. Estuvo a punto de obtener otra gran victoria, en la Batalla de los Puentes Largos (año 15), pero la indisciplina de sus hombres contribuyó a que se les escapara el triunfo. En la batalla de Idistaviso,

incurrió en el error de presentar formal batalla ante las legiones romanas, en campo abierto. Allí sufrió una terrible y sangrienta derrota; aunque él pudo huir, su prestigio como líder decayó casi por completo.

A pesar de que Arminio no pudo lograr la unificación de su pueblo, resultó inevitable la guerra entre ellos. Poco después fue asesinado a traición, a los treinta y siete años, en el año 21. Él sin duda dejó sembrada la semilla de la libertad en esas tierras, a pesar de la influencia romana a la que estuvieron sometidos. El hecho de que Roma desistiera de mantener su dominio en Germania, fue el resultado de sus esfuerzos. Definitivamente, su lucha había sido en vano...


Esa raza fuerte y rebelde, cuando le llegó su momento, invadió otras tierras, incluyendo a los dominios romanos. Avasallando todo a su paso, dieron origen, con el correr del tiempo, a nuevas naciones y culturas. Sin duda alguna, esto influyó sobre lo que hubiese sido el destino de Europa y de lo que se ha denominado como la Civilización Occidental.



Arminio desde su cima. Monumento de Hermannsdenkmal


En el Siglo XIX, cuando en Europa reinaba el Romanticismo, la figura de Arminio resurgió luminosa, triunfal. Además eran tiempos en los que se necesitaban con urgencia símbolos nacionales de unidad . Aunque su verdadero nombre en lengua germánica nunca fue conocido, su nombre latino, Arminio, luego sería transformado en Hermann por los alemanes, quedando así impreso en su nombre el alma de su nación. También le fue erigido ese imponente monumento, el Hermannsdenkmal, desde donde parece contemplar y vigilar su gran país, para siempre...


Curiosidades y Anécdotas

  • La derrota de Teutoburgo afectó tanto a Octavio, que se dice que golpeaba su cabeza con las paredes y repetía: "Varo, Varo devuélveme mis legiones".
  • Los números de las legiones perdidas en Teutoburgo, XVII, XVIII y XIX nunca volvieron a ser utilizados por los ejércitos romanos.
  • Germánico fue sobrino e hijo adoptivo de emperador (Tiberio), además de hermano (Claudio), padre (Calígula) y abuelo (Nerón) de emperadores.
  • El hijo de Germánico, el futuro emperador Calígula, recibió ese apodo porque de niño su padre lo llevaba a los campamentos militares y lo disfrazaba de soldado. Usaba unas botitas (caligae), que le dieron el nombre con el cual pasaría a la historia.
  • La esposa de Arminio, Thusnelda, fue entregada a los romanos por germanos aliados. Luego sería paseada y exhibida en el desfile triunfal que se le tributó a Germánico a su regreso a Roma. Estaba embarazada y luego daría a luz un hijo del líder germano.



Bibliografía


1)  El Imperio Romano, Isaac Asimov. Historia universal Asimov. Alianza Editorial, 2007.

2)  Historia de Roma, parte III, El Imperio. S. I. Kovaliov. Editorial Futuro. Buenos Aires, 1959.

3)  The Annals and the Histories. P. Cornelius Tacitus. Great Books, Enyclopaedia Britannica, Inc. 1984.

4)  Weapons at the Battlefield of Kalkriese. Achim Rost and Susanne Wilbers-Rost. Gladius XXX, pp. 117-136. Versión digitalizada.

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