martes, 24 de mayo de 2016

Los Normandos y Guillermo el Conquistador (parte II).



Mapa de Normandía, en el Siglo XII. Autor: Sting... Cartenormandie2.PNG
Modificado por: Rowanwindwhistler.
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Hacia el año de 1036, el Ducado de Normandía, cuya importancia e influencia era sentida prácticamente en toda Europa, atravesaba por una seria crisis, ¿la razón? que el poder había recaído en las manos de un niño. Demasiado joven para ejercer ese poder por sí mismo, y por añadidura, bastardo de origen. Un duque niño, o un duque bastardo... era algo que muchos no lograban digerir tranquilamente. Un grupo de nobles creyó llegada la oportunidad de hacerse con el trono, lo que terminó por sumergir en el caos y la anarquía a esos territorios, que habían gobernado Rollón y sus descendientes, desde hacía más de un siglo.




Escudo de Guillermo el Conquistador (1066-1087)...
Autor: Sodacam, 2010. Lic. Creative Commons
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Es muy posible que ese niño, sin haber contado con la ayuda del rey francés, Enrique I, jamás hubiese podido consolidar su posición como duque. Además, lo más seguro es que lo hubiesen asesinado a una edad temprana. Durante toda su juventud, Guillermo debió sufrir muchas humillaciones, sin embargo, ya llegaría el tiempo en el que pudiese demostrar que era un digno hijo de Roberto el Diablo, y se cobraría todas y cada una de las ofensas que le habían hecho.


Estatua de Guillermo el Conquistador en Falaise, Francia
Foto por Man vyi, 2012

Apenas tuvo la edad suficiente, comenzó a ejercer la autoridad, con gran vigor y firmeza. Con tan solo veinte años, ya estaba al frente de un ejército, siempre contando con la colaboración de Francia (aunque poco tiempo después, también terminarían enfrentados). Así, logró mucho más que sofocar el alzamiento de los nobles normandos en su contra, terminaría aplastándoles completamente. Las matanzas que llevó a cabo fueron tales, que nunca más, alguien sería tan osado, como para echarle en cara su humilde origen. Hasta se daría el gusto de burlarse de todos, firmando los papeles importantes como "Guillermo el Bastardo".


Guillermo el Conquistador. Tapíz de Bayeux,
escena 23, año 1070. Foto: Myrabella, 2013

Su dominio sobre los díscolos nobles llegó a ser absoluto, y logró implantar un feudalismo muy centralizado, único en Europa. Además, siempre supo mantener el apoyo de la Iglesia, tan importante en aquellos tiempos. Lo cierto es que, al cesar los conflictos internos, rápidamente Normandía pudo retomar la senda del progreso. Hasta consiguieron ampliar sus dominios, con la anexión de algunos territorios vecinos. En aquel país pacificado a sangre y fuego, surgió la necesidad de contratar mercenarios, para engrosar el ejército. Una impresionante fuerza de caballería pesada de más de mil jinetes, hacían del ejército normando, un peligroso rival para cualquiera que intentase oponer resistencia.



Guillermo el Conquistador. Autor desconocido
Foto: Dcoetzee. Fuente: National Portrait Gallery, UK.

De ese modo, el Duque Guillermo II de Normandía, llegó a convertirse en la práctica, en el gobernante más poderoso y temido de Europa. Sin embargo, eso no resultaba suficiente para él. La idea de llegar a convertirse en rey, era algo que le causaba una gran atracción, ¿por qué 
no? Al fin y al cabo, existía un parentesco con el rey de Inglaterra, Eduardo III el Confesor, que sin duda le confería claros derechos, como posible heredero de ese trono. Mas, sin embargo, existían algunas complicaciones, la corona inglesa no se transmitía por simples derechos hereditarios. Debía existir un consenso, que terminaba por otorgar el trono a alguien, entre varios aspirantes. Y de hecho, por lo menos existía otro fuerte aspirante a suceder a Eduardo el Confesor.


Para entender mejor la cuestión, hay que mirar un poco más atrás en el tiempo...



Sello de Godwin, Earl de Wessex, Siglo XI
Museo Británico. Foto: PHGCOM, 2009

Eduardo era un hombre tranquilo, muy apegado a las cuestiones religiosas, y en una época como esa, en que la mayoría de las veces eran las armas, las que decían la última palabra, resulta de suponer que debía existir alguien, cuyo poder fuese igual o mayor que el del rey. En este caso, ese hombre se llamaba Godwin, quien había sido nombrado Earl de Wessex, en los tiempos en los que los daneses gobernaban a Inglaterra, a pesar de que él era sajón. Podría afirmarse, que Godwin era sin lugar a dudas, el verdadero rey de Inglaterra; como una pequeña muestra, baste decir que su hijo Harold se convertiría en rey, y su hija Edith, se casaría con Eduardo III.



Ricardo II de Normandía, tío del rey de Inglaterra,
Eduardo III, el Confesor. Foto: Michael Shea (imars) 2006
Fuente: English Wikipedia.
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Otro serio problema que enfrentaba el rey Eduardo, surgía como consecuencia de haber pasado una buena parte de su vida, exiliado en Normandía, bajo la protección de su tío, Ricardo II (no hay que olvidar el parentesco que había surgido entre la casa real de Inglaterra y el ducado normando). Esto ocasionaría, que desde el inicio de su reinado, la corte inglesa resultara invadida por caballeros y funcionarios normandos, quienes eran, al fin y al cabo, la gente de su confianza. Todo esto, junto a la introducción de tantos usos y costumbres normandas, resultaba una verdadera provocación para los "nacionalistas" de la época.


Estos asuntos llegaron a complicarse a tal extremo, que Godwin se declaró abiertamente en rebelión contra el rey. De modo casi increíble, el rey logró derrotarlo, gracias a la ayuda de otros sajones, los señores del norte, sin duda recelosos de que el Earl de Wessex, adquiriese más poder del que ya tenía. Así de compleja era la política en Inglaterra, por aquellos tiempos. Como una señal de la bondad del rey, al menos en apariencia, Godwin y sus hijos solo fueron condenados al exilio y su hija Edith, fue recluida en un convento.



Eduardo el Confesor, Rey de Inglaterra.
Autor anónimo, Siglo XIII. Fuente:  www.lib.cam.ac.uk
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Eduardo III daría rienda suelta a sus inclinaciones normandas, al invitar a su sobrino Guillermo II, en el año de 1051. Para entonces, él era un joven de veinticuatro años de edad, y sin embargo ejercía el poder, de un modo absoluto, como ya se dijo. Parece traslucir que el joven duque aparecía, a los ojos del rey inglés, como el sucesor perfecto: enérgico, exitoso e inteligente. Normando, y además, unido a él por lazos de sangre, no se podía pedir más. Nunca podrá saberse de qué hablaron. Llegó a decirse que Guillermo retornó a su tierra, con la firme promesa de que Eduardo impulsaría su candidatura al trono de Inglaterra. Pero si esto fue así, no significaba la palabra final, en modo alguno...

Existen algunos episodios en esta historia, que resultan de muy difícil comprobación. En el caso de ser ciertos, es innegable que encajan de un modo lógico y coherente, con el resultado final. Sin embargo, también es posible que hayan surgido como meras invenciones propagandísticas, según la conveniencia de los bandos en pugna, y luego terminaron siendo aceptadas como verdaderas por los historiadores. Un ejemplo de esto, fue la utilización por parte de Godwin y sus seguidores, de la promesa del rey, de ayudar a un normando en sus aspiraciones al trono. Ese era un magnífico pretexto, para justificar sus intenciones de apoderarse de la corona. Eso contribuyó al derrumbe de la popularidad del rey Eduardo III, y permitió el retorno del autoritario Godwin, y de sus hijos, en 1052. Si esto se debió al manejo de la información, para manipular la opinión pública, jamás llegará a saberse a ciencia cierta... 



La Inglaterra anglo-sajona, hacia el año 800
(indicada por los nombres en rojo)
Foto: Sakurambo, 2008

Las intrigas del Earl de Wessex llegarían a tal extremo, que se atrevió a intervenir hasta en los asuntos eclesiásticos. No obstante, en esta ocasión, la jugada resultó contraproducente, ya que a partir de entonces, siempre tendría a la iglesia en su contra, incluyendo hasta el mismo Papa, en Roma. Y la influencia de la Iglesia en esos tiempos, era digna de ser tomada muy en cuenta.  

Pero la rueda de la suerte, continuaba girando. De modo inesperado, Godwin falleció poco tiempo después. Según algunas versiones, murió durante un banquete, ahogado por un trozo de pan, mientras negaba cualquier deslealtad al rey. Haya ocurrido así, o no, su muerte trajo como resultado que el mayor de sus hijos, Harold, heredara no solamente el título de Earl, sino también su empeño de mantener las tierras inglesas bajo su control, con el comportamiento de un rey, aunque no llevase la corona... por los momentos. 



Harold Godwinson. Anónimo, Siglo XIII
Fuente:  www.lib.cam.ac.uk
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El resto del reinado de Eduardo el Confesor, resultó ser casi una carga para él, por el vergonzoso dominio que ejercía Harold sobre toda Inglaterra. Un hermano de este, llamado Tostig, se quedó con el poder en la regíon norte del país, y la región media, llamada Mercia, fue repartida sin muchos miramientos, entre sus otros hermanos. Buscar una solución al asunto sucesoral, se hacía cada vez más apremiante. Por parte de la Casa de Wessex, quedaban sólo dos posibles candidatos. El de mayor opción, por su edad, viajó a Inglaterra, solo para morir en circunstancias que dejaban la puerta abierta a cualquier duda, o sospecha. El otro, quedaba descartado automáticamente, por ser demasiado joven; lo menos que necesitaba Inglaterra en esos días, era un rey niño. De tal manera, que la cuestión quedaba entre Harold y Guillermo de Normandía...



 Tapíz de Bayeux. Escena 32, que representa la aparición del cometa Halley
en el año 1066.   Foto: Myrabella, 2013

Existe un documento de esa lejana época, preservado de un modo casi milagroso, en el cual se narra, de modo gráfico, el desenlace de esta historia. Esta joya de los tiempos antiguos, podría ser descrita, como una tira de "comics", la cual, de un modo claro y ameno, logra aportar un testimonio histórico invalorable. Tal vez, por haber sido hecho por quienes resultaron vencedores, contenga algunas inexactitudes, pero la secuencia de lo relatado allí, sin duda, es correcta. De algún modo, pareciera traslucir un intento por mostrar el mayor realismo posible, con la óptica y los recursos artísticos propios de esos días.


Catedral de Bayeux, en Normandía, Francia.
Foto: Urban, 2005. Lic. Creative Commons
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Se trata de un trozo de tela, de unos setenta metros de largo, y cincuenta centímetros de ancho, bordado a mano. Es toda una obra primorosa e interesante, que fue conservada en la catedral de Bayeux, pequeña y hermosa ciudad de Normandía, Francia. Allí se mantiene, desde la Edad Media. Es conocido como el Tapíz de Bayeux, un objeto digno de contemplación, ya que constituye como una ventana directa hacia unos tiempos, de los cuales nos separan casi mil años. Se encuentra actualmente en un museo, en la misma ciudad...



Castillo de Rochester, UK., de construcción normanda
Foto: Clem Rutter, Rochester, Kent. 2011
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Permaneceremos de visita en esa época y regiones, dejándonos llevar por la magia de esa tela, que nos convierte en testigos de aquellos acontecimientos, que hicieron que Inglaterra se apartara de la influencia nórdico-escandinava, que parecía ser su destino, para así adquirir, su identidad definitiva. Ese nuevo rumbo, con el tiempo, la llevaría a convertirse en una notable nación, cuya huella indeleble, permanece en todos los rincones de este planeta.

  


  

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