martes, 9 de febrero de 2016

La Guerra Franco India (parte I)




Fuente del Dragón, Palacio de Versalles. Por: Israel Silvestre, 1676.
Fuente: Biblioteca del Congreso de USA.
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En un frío día de febrero, en el año del Señor de 1763, se reunían en Versalles, en las afueras de París, los representantes de algunos de los países que para entonces eran considerados como grandes potencias mundiales. El motivo de esa reunión era la firma de un Tratado, para un acuerdo de paz. Por escandaloso que hoy pueda parecer, allí se repartían y distribuían los territorios de países lejanos, como si se tratara de un botín de guerra, como propiedades a las que tenían el más obvio derecho. Pocos días más tarde, se firmaría otro tratado, ambos acuerdos ponían fin a una confrontación que ha sido considerada por algunos, como la primera guerra mundial, la llamada Guerra de los Siete Años.


Muerte de Jumonville.
 Fuente: La Vida de George Washington, por J.T. Headley.
 NY, 1859 .


Todo parece indicar que esta guerra tuvo su origen en las tierras de Norteamérica y luego se extendió al continente europeo. Según la tradición, el detonante fue un hecho casi fortuito, una emboscada que no parecía ser de gran importancia, en medio un solitario paraje. Sin embargo, sus consecuencias llegarían a ser tales, que terminaron por influir en la formación de un nuevo orden mundial, en pocas palabras, cambiaron la historia. 

Pero, para entender mejor como pudo ocurrir esto, habrá que viajar un poco más atrás en el tiempo... 



Casa en la que se firmó el Tratado de Tordesillas.
Foto por: Txo, 2008.


En los ya lejanos días del descubrimiento y la exploración del Nuevo Mundo, algunos países europeos no habían quedado conformes con el reparto del mundo, que pretendían realizar entre Portugal y España (Tratado de Tordesillas), por lo que sin esperar autorización alguna, también se lanzaron a la exploración de los nuevos territorios (esto ocurrió no solo en el continente americano). Además, existía otro gran incentivo: la búsqueda de un paso hacia el Oceáno Pacífico por el norte, que podría generar enormes ventajas comerciales, a quien lo controlase. 



Sebastián Cabot.
Copiado de un cuadro de Hans Holbein, el Joven.
National Maritime Museum, Greenwich. Londres.


Réplica a menor escala del Discovery. Conmemoración de los 400 años del
desembarco en Jamestown, en el cuarto viaje de Hudson
 Foto por: Bmrbarre, 2007


Los viajes de exploración de Cabot, Verrazano y Cartier, primero, y más tarde los de Hudson y Champlain, colocarían a los territorios situados al noreste de América, en el Mapamundi. Toda esa información permitió a esos países posicionarse, para luego comenzar a establecer sus colonias allí. Los conflictos con el Imperio Español, que se consideraba el dueño, casi por derecho divino, de todas esas tierras, no se harían esperar. Solo la decadencia de España como potencia mundial, años después, moderaría sus aspiraciones.

Los esfuerzos y sufrimientos de los primeros colonos, así como los motivos que tuvieron para establecerse en esas tierras norteamericanas, sin duda constituyen el tema de otra historia.



Colonos en Jamestown, hacia 1650.

Para el año de 1650, cinco países europeos (España, Inglaterra, Francia, Holanda y Suecia), compartían esos espacios, y poseían colonias en la costa este de la América del Norte. El problema surgiría al incrementarse el número de colonos: los territorios comenzaban a resultar insuficientes. La expansión hacia el oeste presentaba alguna dificultad ya que estaban flanqueados por una cadena montañosa. No tardaría en aumentar la fricción entre dichas colonias: era la señal de que aquella época de "convivencia internacional", estaba tocando a su fin. Llegaba el tiempo en que alguna de esas naciones europeas comenzaría a imponer su dominio sobre esas tierras... 

Sin embargo, esto no tomaba en cuenta a los habitantes originales de esos lugares...


Mapa de la distribución de los territorios norteamericanos para 1750.
 Nouvelle-France map-en.svg:Pinpin (talk . contribs)

De ese modo, ya para el último tercio del Siglo XVII, la costa oriental de los actuales Estados Unidos, le pertenecía a Gran Bretaña (con la excepción de Florida, aún española). Mientras que Francia, se había dedicado a explorar los territorios interiores de América del Norte: una gran parte de lo que hoy es territorio de Canadá, aventurándose cada vez más hacia el sur. Esto daba al país galo el control de ese inmenso territorio, muy poco habitado, fundamentalmente debido a la crudeza del clima invernal. Sin embargo, un lucrativo comercio de pieles resultaba ser el principal interés de esa posesión, a la que llamaron Nueva Francia, donde surgirían algunos centros poblados de importancia, como Quebec y Montreal, a pesar de las dificultades.



Conferencia entre franceses e indios alrededor de un Fuego Ceremonial.
Por Emile Louis Vernier, 1887
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De modo contrario a las regiones costeras, controladas por los británicos, en los territorios franceses no se percibía ninguna presión poblacional, lo que hacía más fácil el relativo entendimiento entre los europeos y las tribus indígenas. Además, la explotación y el comercio de las pieles favorecía de alguna manera, a casi todos. Esto trajo como consecuencia, que los ingleses fuesen vistos por muchas de esas tribus, como unos hombres ambiciosos, que deseaban sus tierras, y que siempre estarían dispuestos a desplazarlos, a cualquier costo.



René-Robert Cavelier de la Salle
Fuente: http://www.ifremer.fr
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Las exploraciones francesas les habían llevado a recorrer la zona de los Grandes Lagos, allí levantaron varios fortines y misiones, hacia 1670. Mientras continuaban en la búsqueda de un paso fluvial hacia el Pacífico, terminaron hallando un río que los llevaba hasta el Golfo de México. Un cazador, llamado Joliet y un misionero, el padre Marquette, descubrieron el curso superior de ese gran río, que no era otro que el Mississipi. Posteriormente, un notable personaje, Cavelier de La Salle, surcó sus aguas hasta su desembocadura, ¡que era territorio español! Aun así, tomaba posesión a nombre de Francia de toda la cuenca del río, desde los Grandes Lagos hasta allí, dándole a esa enorme franja de tierra el nombre de Luisiana, en honor al rey de Francia, Luis XIV.


Toma de posesión de Luisiana, por La Salle
Cuadro por Jean-Adolphe Bocquin, 1870

Mientras tanto, las colonias británicas florecían, gracias a una intensa actividad agrícola, pesquera y comercial. Por sus diferentes orígenes e intereses terminaron agrupándose como provincias, independientes unas de otras, aunque todas estaban bajo el dominio de Gran Bretaña. El bienestar que habían alcanzado, inducía un sostenido aumento en la población de esos territorios, entre colonos, inmigrantes y esclavos, traídos de África. A comienzos del Siglo XVIII, el gobernador de una de esas provincias, ya planteaba a la corona la necesidad de procurarse nuevos territorios, por supuesto, a expensas de Francia.

Montes Allegheny. Foto por: Snottywong
CC-BY-3.0. Vía Wikimedia Commons


Esa necesidad de expandirse hacia el oeste, comenzaba a ser apremiante, entre otras razones, para disponer de nuevos campos de labranza. Habría que trasponer los montes Allegheny, hasta encontrarse con los fértiles valles del río Ohio. De no ser así, las colonias inglesas de América del Norte, corrían el inminente riesgo de quedar "encerradas" entre la costa atlántica y las montañas. Hacia 1750, se acercaba el desenlace de casi tres cuartos de siglo de luchas entre británicos y franceses, por dirimir la supremacía en las tierras de la América Septentrional.


Mapa de la zona de operaciones en la guerra Franco India
Autor Harper & Brothers, 1905
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Lo cierto es que luego de tantos años de conflictos y tratados, las fronteras de América del Norte, no estaban claras en modo alguno, aún abundaban los territorios poco explorados, sobraban tierras que disputar, cuya importancia estratégica siempre iba en aumento. Así, Francia decidió defender sus posesiones, sembrando una cadena de fuertes, que iban desde los Grandes Lagos hasta el Golfo de México; mientras que Gran Bretaña solo había tenido logros en los territorios al noreste (Terranova, Acadia o Nueva Escocia, y en la Bahía de Hudson), pero la paciencia y la tenacidad británica seguían trabajando silenciosamente.


Primer contacto entre los exploradores europeos y los iroqueses.
Por John Frost, 1653. De Pictorial History of America, Philadelphia.
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No puede pasarse por alto, que la mayor parte de la población indígena de la costa este, terminó siendo diezmada, o desplazada, por los continuos enfrentamientos con los colonos. Además, los europeos habían traído consigo enfermedades que terminarían convirtiéndose en graves epidemias, para los habitantes originarios de esos territorios. A pesar de ello, algunas tribus pudieron salir adelante, y hasta llegaron a hacer alianzas con los británicos, en los conflictos que estaban por venir. 


Región de Ohio.
Por: Nikater


Establecer su hegemonía y dominio sobre los valles del río Ohio, resultaría clave para ambos países. Podría decirse que ese territorio resultó ser una verdadera manzana de la discordia, para Francia y Gran Bretaña. Si triunfaba Francia, las colonias británicas quedarían cercadas, y tal vez, condenadas a una futura decadencia. Quedaba planteada la posibilidad de que los franceses establecieran un gran imperio en América del Norte, no cabe duda de que se habían preparado para ello y contaban con la alianza de muchas tribus indígenas, que sentían que luchaban por sus tierras ancestrales, de las que no habían sido desplazados.



Ciudad colonial, a mediados del Siglo XVIII

Mientras, los colonos británicos, siempre ávidos de nuevas tierras, habían iniciado sus exploraciones, intentando establecer colonias cada vez más al oeste. Entre ellos había la convicción de que esa era una "tierra de nadie". Se trataba de gente audaz, con grandes ambiciones, provenientes de unas colonias progresistas, que también tenían experiencia guerrera. Ya comenzaba a ocurrir algo que iba a marcar el alma de los habitantes de los Estados Unidos de América, durante muchas generaciones: estos hombres estaban sintiendo el Llamado del Oeste.


Continuaremos visitando esos tiempos y lugares, para ser testigos de aquellos dolorosos y terribles acontecimientos, que sin embargo contribuirían al nacimiento de una gran nación. Una cruenta guerra que en América recibió entre otros nombres, el de "La Guerra Franco India", la cual, como dijimos anteriormente, terminó desencadenando una auténtica guerra mundial.



George Washington, hacia 1760
con el uniforme de los Regimientos de Virginia.
Por Charles Wilson Peale, 1772
Ubicado en la Universidad de Washington y Lee
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