Entre las cosas que tornan tan apasionante el estudio de los acontecimientos del pasado, se encuentra la manera en la que unos hechos se van encadenando con otros. Así, al revisar un determinado suceso, comienzan a aparecer eventos relacionados, igualmente llamativos. De igual modo ocurre, al hacer un seguimiento de la vida y hechos de cualquier personaje... Esto convierte a las narraciones históricas, en un inmenso tejido de vidas y eventos. Aparte del posible interés que esto pueda despertar, también llega a adquirir una notable importancia. Esas interacciones suministran el contexto histórico, que permite una mejor interpretación de cada circunstancia o personaje.
Ventanal de librería, con estantes de libros de música. Por Giuseppe Crespi, ca. 1720. Museo y Biblioteca Int. de Música Fuente: http://kotisivukone.fi |
Basílica del Salvador. Foto:AlBustos, 2010. Lic. Creative Commons-Share Alike 3.0 Unported |
Pero al leer sobre su historia, de inmediato salió a relucir que ella comenzó a erigirse, tras la destrucción por el fuego, de la Iglesia de la Compañía. A pesar de la sismicidad de la zona, esta tragedia es posiblemente el peor siniestro de la historia de la ciudad. En medio de una festividad religiosa, la iglesia se convirtió en una enorme pira, en la cual murieron más de dos mil personas, en diciembre de 1863. Bastó poco más de una hora, para que la iglesia quedara en ruinas. Para entonces, Santiago contaba apenas con unos 200.000 habitantes... A pesar del tiempo transcurrido, hay quien asegura haber escuchado los gritos y lamentos, en ese sitio de la Esquina de Bandera con Compañía.
Incendio de la Iglesia de la Compañía, el 8 de diciembre de 1863. Litografía por P. Cabot, 1864. Fuente: https://archive.org {{PD-US}} |
José Luis Claro Cruz {{PD-US}} |
Los tajamares del Mapocho. Por Giovatto Molinelli, 1855. Museo Histórico Nacional, Chile. |
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