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domingo, 1 de septiembre de 2024

Grandes exploraciones. La Terra Australis Incognita y los viajes del capitán Cook (4a parte)


Mapa de la ubicación de la Terra Australis Incognita, de 1657.
Fuente: Het Geheugen.

Lo cierto es que el asunto del gran continente sur aún estaba por resolver, luego del primer viaje. Para la corona británica era algo de capital importancia, en su afán de mantener la hegemonía como primera potencia de la época. Por ese motivo, no tardó en organizarse una segunda expedición. Esta vez, el plan sería dar una vuelta completa al globo terráqueo, manteniéndose lo más al sur que fuera posible. 

domingo, 11 de diciembre de 2022

Leyendas del mundo. Chile. El diablo y el puente de Calicanto.

 

Puente de Cal y Canto. Santiago de Chile, 1860.
Foto: Emilio Garreaud y Pedro Adams.
Fuente: http://www.enredarte.com


A pesar del enorme poder que se le atribuye al Diablo, y su maléfico influjo sobre los hombres, en el folclore de nuestros países, abundan las historias en las que el ingenio humano logra burlarlo, llegando incluso a dejarlo en ridículo. Podemos recordar en una leyenda venezolana, que el coplero Florentino puso en serios aprietos al siniestro personaje, como una pequeña muestra de ello. 

En Santiago de Chile, cercano al centro de la ciudad, cruzando las aguas del maltratado río Mapocho, se encuentra el puente de Calicanto. Este fue objeto de numerosos relatos y leyendas, desde su construcción, en los ya lejanos días de la colonia. Según algunas de esas historias, el propio Satanás metió sus manos en el levantamiento de la estructura. Veamos lo que se cuenta al respecto, que aparece en el estupendo libro, Criaturas Fabulosas Chilenas, del escritor Miguel Moreno Duhamel, de Marciano Ediciones, Santiago de Chile, 2022. 

…El Diablo chileno es un personaje dual. Un personaje terrorífico enseñoreándose en los aquelarres o entrando en el cuerpo de los desdichados espirituados. Por otro lado, puede ser un completo pánfilo, víctima del ladino ingenio humano. ¿Cuántas capillas en la América hispana y en Europa se le atribuyen a este Diablo constructor que a la postre es engañado? ¿Cuántos puentes? Se repiten las historias de que, a cambio de construir uno, se puede llevar el alma del primero que lo cruce el día de la inauguración y el hábil ingeniero debe contentarse con un gato o un pollo que es lanzado al frente de la procesión en la pasarela. En Santiago existe la leyenda del Corregidor Zañartu que, a mediados del 1700, concluyó la construcción del puente de Cal y Canto después de ganarle una apuesta al Diablo. En el libro de Julio Vicuña Cifuentes aparece una exquisita variante de este cuento proveniente de la región de Matancilla. 

 <<Estaba el diablo afanosamente trabajando en la construcción del puente del Corregidor, ya que habían apostado a que no era capaz de levantarlo con sus propias manos en el lapso de una noche, si lo lograba sería dueño de su alma, pero si no, el diablo dejaría en pie lo construido y libre de todo compromiso a Zañartu. Mientras laburaba se oyó el canto de un gallo. 

—¿Quién cantó? —preguntó el cacho ‘e cabra. 

—El gallo colorado — le dijeron.

—Entonces no hay cuidado. —Y continuó su faena.

Luego se escuchó el canto de otro a lo lejos. 

—¿Quién cantó?

—El gallo castellano.

—Entonces a apurar las manos. 

Pero el tercero no se tardó en escuchar y vieron palidecer al diablo muy contrariado. 

—¿Quién cantó?

—El gallo negro. 

—Entonces el diablo al infierno. 

Y se esfumó profiriendo gritos de ira por un nuevo fracaso>>.

Se cuenta que al diablo le faltó construir un metro del famoso puente, el que fue construido por los trabajadores del Corregidor. Esa es la leyenda. Pero la historia dice otra cosa. Luis Manuel de Zañartu pudo terminar la construcción que lo tenía obsesionado después de 10 años de trabajos forzados, donde obligaba a los convictos de Santiago, a punta de latigazos y rebenques, que las hicieran de obreros esclavos. La gente humilde le tenía tanto miedo a Zañartu que le apodaron “el diablo”.

Hasta aquí el relato de Miguel Moreno Duhamel…

Visto así, el oficio de diablo, aparenta ser algo cansón. Es mucho lo que debe trabajar, para llevarse el alma de un simple animalito. La mayoría de los malvados que recurren a sus inestimables servicios, como que a la vez poseen la picardía necesaria para burlarse de él, a la fatídica hora de la cobranza. Por ello, no nos extrañe, cuando pongamos nuestros pies en el Paraíso, aunque sea durante una visita guiada, como pecadores consuetudinarios que somos, que allí nos encontremos con algunos personajes de trayectoria no muy santa, cantando angelicales himnos, mientras disfrutan de la inefable felicidad eterna. 

Ah, y un consejo: desde hoy, no se les ocurra cruzar, ni ser los primeros en entrar, a ninguna obra recién construida. Pero si lo hacen, lleven consigo un escapulario bendito en Jueves Santo, o la estampa de su santo o arcángel de su devoción. En lo personal, les recomiendo a San Miguel, ese no falla… ¡Amén!










Lecturas adicionales.

El Diablo. 
Pactos diabólicos. 
Otros nombres de el Diablo. 
Leyendas sobre el Diablo.
El Diablo en el folclore. 
El Arcángel Miguel, su poder.
Oración a San Miguel Arcángel.
Florentino y el Diablo. 
El puente de Cal y Canto en Santiago de Chile.

martes, 20 de noviembre de 2018

Leyendas Vikingas cortas (2). El rey Valdemar y la pequeña Tove.




Entre las leyendas nórdicas favoritas, resalta una curiosa historia, relatada por el escritor danés Jens Peter Jacobsen en sus Canciones de Arrullo. Aunque pareciera estar basada en la vida del rey Valdemar IV de Dinamarca, la saga original se remonta a tiempos aun más antiguos. La sencillez de estos relatos nos transporta a un mundo que por distante que pueda parecer, ejerce en nosotros un mágico encanto, cuya explicación tal vez se halle en lo profundo de nuestra alma, o de nuestro subconsciente.



Waldemar IV de Dinamarca, ca. 1375. {{PD-US}}

Cuentan que en Dinamarca una vez existió un rey llamado Valdemar. Vano sería el intento de describir su amor por la pequeña Tove, utilizando palabras comunes... Pero aquella dicha fue efímera: ella murió, y el rey fue incapaz de hacer enterrar el cuerpo de su amada. De ese modo, la mantuvo cerca, en una sala a la que a diario acudía para venerarla. Durante sus viajes, cuidaba de que ella fuese parte de su séquito. No se prolongó mucho esta situación sin provocar la curiosidad y podríamos agregar, la molestia, en sus vasallos, quienes no lograban explicarse esa pasión, que ni la fría muerte conseguía aplacar.