martes, 23 de febrero de 2016

La Guerra Franco India (parte II)





Región de Ohio
Por Nikater


Dos poderosas naciones forcejeaban por el control de unos extensos territorios en Norteamérica. Esa lucha se había prolongado por años, y hasta habían firmado algunos acuerdos de paz. Sin embargo, hacia la mitad del Siglo XVIII resultaba inminente el enfrentamiento definitorio. La política británica, de dejar un poco a su suerte a sus colonias norteamericanas, ya no era viable, porque enfrentaban la posible pérdida de esas posesiones, que habían resultado ser muy rentables para la corona. A su vez, el sostenido crecimiento de esas colonias, ocasionaba una presión expansiva hacia el oeste, en las tierras que Francia había estado demarcando y ocupando como territorios suyos.


Una batalla en la Guerra Franco India
Fuente: http://www.americanrevolution.com
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En el centro de este conflicto, como una especie de "comodín", se encontraban las tribus indias, ingeniándoselas para no salir mal parados en esa confrontación, a menudo tratando de alinearse con quienes creían que podían resultar ganadores. La presencia y actuación de los guerreros indios en esta guerra, fue uno de los motivos por los cuales resultó ser tan poco convencional. El querer combatir a la usanza europea, mostró ser poco efectivo, hasta un error, al menos durante un tiempo. Además, el modo de guerrear de los indios, contribuyó a darle cierto toque terrorífico, según se puede leer en las crónicas. Se pudo observar el contraste entre dos formas de ver y hacer la guerra. Cada quien pensaría que hacía lo que era justo. Desde nuestra perspectiva moderna, muchos hechos resultan repudiables y condenables, pero, no es lo mismo el haber vivido, presenciado o tal vez actuado, en esos acontecimientos, es una cuestión de perspectiva. 



Europeos e iroqueses.  De John Frost, 1653
Pictorial History of America, Philadelphia
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De un modo semi-anecdótico, los principales aliados indios de los británicos, fueron las tribus iroquesas, quienes formaban parte de una poderosa confederación. Se trataba de guerreros muy valientes, y excesivamente orgullosos. Por esa razón, nunca perdonarían a los franceses, quienes les hicieron huir, presas del miedo, al sentir por vez primera el poder de las armas de fuego. Ellos colaboraron luego con los británicos, manteniendo a raya los posibles avances y establecimientos de los poblados franceses, durante muchos años. No resultaría exagerado afirmar, que ese enfrentamiento relativamente sin importancia, terminó siendo nefasto para las aspiraciones de los franceses en Norteamérica.



Fuerte Duquesne. Por Sébastien Paquin, 2002
Licencia Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported

En el año de 1753, el marqués de Duquesne, quien era el gobernador de Nueva Francia, quiso afianzar el dominio sobre los territorios de Ohio, al sur de los Grandes Lagos, saliendo al paso a las incursiones cada vez más frecuentes de los colonos británicos, quienes ya comenzaban a establecerse en esas tierras. Era evidente la superposición de los intereses de ambos bandos, al oeste de las montañas. Mientras la maniobra de Francia era muy clara, llenar esa zona de fuertes militares, los colonos británicos tenían que actuar por su cuenta. La superioridad numérica de estos, no iba acompañada de una mejor organización. Desde el punto de vista político, había razones para la relativa inacción de la corona británica: no había ninguna guerra declarada contra Francia.


Washington hacia 1760. Por Charles W. Peale
Universidad de Washington y Lee
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Por una decisión del gobernador de la rica provincia de Virginia, se enviaría una comisión, pacífica, para intentar persuadir a los franceses, de que estaban ocupando tierras pertenecientes a Gran Bretaña. Al frente de dicha comisión, iría un vigoroso joven de solo veintiún años, llamado George Washington, quien pertenecía a la aristocracia virginiana, contaba con alguna preparación militar, y además poseía experiencia en agrimensura, lo que podría resultar de utilidad, en la evaluación de esas tierras, casi desconocidas para ellos. Su encuentro con los oficiales franceses, en diciembre de 1753, resultó cordial, y fue tratado con suma cortesía. Aunque establecieron el compromiso de hacer llegar la petición escrita al gobernador Duquesne, también le dejaron muy claro que su país no tenía ninguna intención de renunciar a esas tierras de Ohio. Lucía inevitable la guerra.

A su regreso, el gobernador de Virginia, Robert Dinwiddie, fue informado de la infructuosa gestión ante los franceses. Washington le convenció de la necesidad de establecer un fuerte, en un lugar que le pareció muy estratégico, en la confluencia de tres importantes ríos, para asegurar el dominio de esa región. A pesar de la escasa colaboración que se consiguió por parte de la mayoría de las colonias británicas (incluída Virginia), en la primavera de 1754, salió un grupo de ciento sesenta hombres, comandados por el joven e inexperto teniente coronel Washington, con la tarea de levantar ese vital fuerte.


Fort Cumberland en 1755. Por William Lowdermilk, 1878
Reproducido de History of Cumberland, Maryland


Al llegar a Fort Cumberland, a unos ciento treinta kilómetros de su objetivo, se enteraron de que los franceses también se habían percatado de lo estratégico del lugar elegido por Washington, y allí levantaron un fuerte, al que llamaron Fort Duquesne (en ese lugar surgiría, años después, la ciudad de Pittsburgh).



Réplica del fuerte, en el campo de batalla de Fort Necessity.
Foto por  ScottyBoy900Q at English Wikipedia


El impetuoso Washington decidió seguir adelante, para tomar al enemigo por sorpresa (Hay que recordar que todavía no existía ninguna guerra declarada). Un grupo de aliados indios le acompañaban. Aproximadamente a la mitad del camino, optó por detenerse y levantar una pequeña fortaleza, a la cual llamó Fort Necessity, desde allí, pensaba organizar de un modo efectivo su ataque. Para entonces contaba con unos cuatrocientos hombres.


Muerte de Jumonville
De: Vida de Washington por J.T. Headley, NY 1859


De ese modo, siguió adelante y el 28 de mayo se topó con un pequeño grupo de franceses. Todo parece indicar que Washington dio la orden de disparar contra ellos, que solo venían en misión de parlamentar. Para tornar las cosas aun más graves, el jefe de sus aliados indios remató al comandante Jumonville, ya rendido, mientras conversaba con Washington. En total, murieron diez soldados franceses. Como alguien escribió: se disipó una salva, en las inmensidades americanas, que desencadenaría en Europa la Guerra de los Siete Años y sumergiría a ambos continentes, en un baño de sangre. 


Panorama en Jumonville Glen
Por: Rarkam_Wikipedia_contributor, 2007
Creative Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported


Ese confuso episodio, significó un ascenso a coronel de las milicias de Virginia, para el joven militar. Pero, también provocó la respuesta airada de los franceses de Fort Duquesne, quienes consideraban que habían sido atacados a traición. De tal modo, una fuerza de novecientos hombres, entre franceses e indios, obligaron a Washington a refugiarse en Fort Necessity, cuando corría el mes de julio de 1754. El clima lluvioso y lo inadecuado del emplazamiento del fuerte, no les permitió resistir el asedio por mucho tiempo, solo pudieron aguantar tres días.

Curiosamente, los vencedores no resultaron ser muy vengativos. Se conformaron con hacer firmar la rendición a Washington, en la que confesaba haber asesinado a Jumonville. Aunque esto le permitió tanto a él como a sus hombres quedar en libertad, también significaba una pesada carga sobre su naciente prestigio. Posiblemente, al no existir una guerra declarada entre Francia y Gran Bretaña, los franceses optaron por actuar con cautela.


Sir William Johnson
Por Charles Spooner, basado en un retrato por  T. Adams


Para entonces, ya existía un estado de alarma entre los numerosos colonos. Si no lograban actuar unidos, encaraban una inminente derrota ante Francia. Además, la situación con los indios era muy delicada... si por algún motivo, se llegaba a perder el apoyo de los iroqueses, quedarían sentados sobre un polvorín. Por esa causa, se organizó una reunión en Albany, a la cual asistieron delegados de siete de las colonias, junto a una numerosa representación de las tribus aliadas. Estos recibieron tantos halagos y promesas de bienestar, que decidieron conservar su apoyo. Seguramente la presencia de William Johnson, nativo de Irlanda, quien era un verdadero defensor y aliado de los indios, influyó en la decisión de estos.


Benjamín Franklin, por David Martin, 1767
Ubicado en la Casa Blanca, Washington USA.
The White House Historical Asociation  {{PD-US}}

Allí estuvo también presente el notable Benjamín Franklin, quien hizo interesantes propuestas tendientes a la unidad y la colaboración entre las colonias y la corona británica. Las conclusiones de este congreso fueron despectivamente desaprobadas, imperaba el egoísmo por parte de la corona, y también entre las propias colonias. Sin embargo, las ideas que allí expuestas, darían sus frutos en el futuro. En ese momento, al menos se logró mantener el apoyo iroqués, lo cual de por sí constituía un gran éxito.

Con todo, Gran Bretaña decidió enviar tropas para Norteamérica. No obstante, aún no había ninguna declaración de guerra; tal vez lo hicieron pensando en la necesidad de poner orden en sus dominios. No debe pasarse por alto, que para entonces, los británicos dominaban los mares, y militarmente no eran segundos de ningún otro país, así que tal actitud podría juzgarse como la prudencia del que se sabe poderoso.


General Edward Braddock
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Al frente de los regimientos británicos, en febrero de 1755, llegaba el General Edward Braddock, un orgulloso militar, que poseía amplia experiencia en los campos de batalla europeos. Desde el comienzo, puso en claro que los colonos solo serían considerados como cuerpos auxiliares, es decir, que siempre serían inferiores a cualquier oficial británico, sin importar su rango. A pesar de esto, tuvo en buen concepto a George Washington, y le nombró su asistente de campo, con rango de coronel. Por supuesto, que el joven aceptó gustoso.


Ciudad colonial, a mediados del Siglo XVIII

Se iniciaron los preparativos para movilizarse hacia los valles de Ohio. Inmediatamente, Braddock se percató de la poca colaboración que estaban dispuestas a ofrecer las colonias. Uno de los pocos que ofreció su ayuda desinteresada y sus valiosos consejos, fue Benjamín Franklin, consejos que Braddock, tercamente, no tomó demasiado en cuenta. Además, siempre menospreció a los indios, tanto aliados, como enemigos, considerando que solo podían resultar rivales ante colonos inexpertos, no ante una fuerza compuesta por soldados británicos regulares.

Para junio de 1755, salía de Fort Cumberland una poderosa fuerza de mil quinientos soldados británicos, que contaban con el mejor armamento disponible en esos tiempos. Además iban acompañados por setecientos milicianos de Virginia, como cuerpos auxiliares. Se abrirían paso a través de los 130 kilómetros de difícil camino que les separaban de Fort Duquesne. Al frente, el orgulloso Braddock, quien no dudaría en someter y avasallar a todo el que se le enfrentase. 

Este fue, en los hechos, el comienzo de esa guerra larga y cruenta, que la historia ha registrado como la guerra Franco India, llena de hechos curiosos, a veces contradictorios. En la cual, la suerte caprichosa, llegó a cambiar de bando en varias ocasiones. Y una vez finalizada, los vencedores no imaginaron lo cerca que estaban de sufrir una dolorosa derrota, en la que perderían casi todo lo ganado...

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