martes, 21 de julio de 2015

Mitología Germánica y Nórdica. La Profecía de la Vidente (parte II)



Terribles hechos se inferían, sin duda, de las palabras de la adivina. Un destino tan temido, como inexorable, comenzaba a develarse ante los ojos del rey de los dioses. Tendría que echar mano de todo el valor, tanto el suyo como el de sus aliados, para enfrentar una cruenta batalla, de la cual ya sabía el desenlace, pero que era imposible de rehuir. Resultaba como una especie de ritual de auto sacrificio, que luego daría origen a un mundo perfecto, la morada futura de los merecedores de ese porvenir.

Los lobos persiguiendo a Sol y Luna. Por J.C. Dollman, 1909

Los dioses (ases y vanes), acompañados por los héroes que habitaban el Valhalla, tendrían que enfrentar a las deidades del mal (¿o del caos?), encabezados por Loki, además de un grupo de seres monstruosos, que parecían salidos de una pesadilla. Todos habían seguido algo así como un libreto, para encontrarse puntualmente en esa fatídica batalla. Era el destino de los dioses...


Eggther y la gigante. Por Lorenz Frolich, 1895

La adivina continuó con un tono que reflejaba todo el peso de su palabras, diciéndole a Odín que cuando llegase el momento, el gigante Eggther sonaría alegre su arpa; que los dioses y héroes, así como los gigantes, enemigos de ellos, y también las criaturas del inframundo (el reino de Hel), serían despertados a su vez por el canto de los gallos. Que se escucharían los fuertes aullidos de Garm, el perro guardián de los infiernos y el temible lobo Fenrir se liberaría. Luego dijo:



   "Los hermanos se matan entre sí, abundan el incesto y el adulterio. Difíciles días esperan al mundo. Es el momento del hacha y la espada, se rompen los escudos. Es la época de los vientos y los lobos. La tierra se hunde y ningún hombre respeta a otro."

   "Rápido andan los gigantes, ya el destino suena fuertemente en el cuerno de Heimdall, que de miedo hace temblar a los que atraviesan los caminos del reino de los muertos."

   "El Yggdrassil es sacudido y se quiebran en lo alto, sus antiguas ramas. Odín acudirá ante Mímir, en busca de consejos, pero pronto muerto será por el pariente de Surt (Fenrir)."

                       .....


Odín y Fenrir combaten. Emil Doepler, 1905


Al escuchar estas palabras, el rey de los dioses no pudo evitar un estremecimiento, era como contemplar su duro final. Siempre supo que su destino estaba ligado al del pavoroso lobo Fenrir, pero al menos moriría luchando...

Y no era tan solo eso, proseguiría la rebelión de los gigantes. La serpiente del Midgard se revolvería con furia, ocasionando maremotos. Las águilas se alimentarían de los cadáveres, y el barco Naglfar (el barco de los muertos), soltaría sus amarras.


La serpiente del mundo y el Naglfar

   "Por el mar del norte navega ese barco, trae las huestes de los infiernos, comandados por Loki: Fenrir y otros salvajes seres vienen con él. ¿Qué ha sido de los dioses? ¿Qué de los elfos? Los gigantes se lamentan, los dioses se reúnen, el mundo de los enanos se estremece... ¿Queréis saber más aun?"

                      .....


Surt, y su espada. Por John Ch. Dollman


Sin esperar respuesta por parte de Odín, la adivina continuó con sus aterradoras palabras, diciendo que el inclemente dios del fuego, Surt, también acudiría a la cita, viniendo del sur. Abrasaría el calor todos los árboles, refulgiría su llameante espada. Que ninguna montaña resistiría sus embates. Las hijas de los gigantes (las Nornas) se hundirían aterrorizadas, la mortandad sería enorme y que se rasgaría el cielo.

                       
Odín y Freyr en la batalla. Emil Doepler, 1905


Thor y la serpiente. Emil Doepler, 1905

Entonces dijo, que más dolores le aguardaban a Frigg (esposa de Odín), cuando este acudiese a luchar con el gran lobo, combate del cual no regresaría. Agregó que Freyr (uno de los vanes) combatiría sin su espada mágica con Surt, hallando la muerte. Que el poderoso hijo de Odín, Vidar, sería el encargado de vengar la muerte de su padre, atravesando el corazón de Fenrir. A su vez, el hijo predilecto de la fama, Thor, acabaría con la serpiente del Midgard, tras cruel combate, pero luego caería muerto por su veneno. Al fin, como finalizando con cierto pesar, la völva agregó:



   "Todo será oscuridad, los mares cubrirán la tierra, las brillantes estrellas caerán del firmamento. Con furia se levantarán el vapor y las llamas, creciendo altos, hasta llegar al mismo cielo."

                        ..... 

                                             
Ragnarök. Emil Doepler, 1905.

Hasta aquí, la profecía solo se refería a la destrucción del mundo y de los dioses. Pero contenía algo más, la esperanza de que todo lo anterior había significado la purificación de la vida, y de ese mundo, preparando todo para un mejor destino. Entonces habló la adivina, como quien acaba de desprenderse de un gran peso, diciendo: 


El verde bosque
 

    "Ahora veo a la tierra, toda verdor, surgir sobre las olas del mar, caerán de nuevo las cascadas. El águila volverá a atrapar peces bajo los acantilados."

                        .....


El paraíso 

Con un rostro que expresaba una inefable paz, la adivina habló de esa tierra perfecta. Los dioses de nuevo caminarán por Idavold, hablarán de las cosas ocurridas, de la terrible serpiente; serán recordados los grandes sucesos del pasado y también las viejas runas del Rey de los dioses. Hallarán de nuevo los maravillosos objetos de oro, que en tiempos muy antiguos habían pertenecido a sus ancestros. 



Valhalla. Max Brückner, 1896


Los campos entregarán su cosecha, sin que nadie tenga que trabajar en ellos... todo será bueno entonces. Balder regresará, con su hermano Hodr y los demás dioses elegidos: en el Valhalla morarán felices.



                           "¿Queréis saber más todavía?"

                      .....


Entonces habló de la morada celestial, ubicada en Gimlé. Dorada, más hermosa que el sol, en ella habitarán felices los merecedores de esa dicha eterna. Con aire misterioso agregó luego, y como si tuviese prisa por finalizar:


    "De los abismos surgirá el oscuro dragón Nidhögg, volando desde el reino de las tinieblas. La serpiente brillante en sus alas se llevará a los condenados"


                                  "Ahora debo volver a la nada."

                      .....


Entonces desapareció la adivina, pero ya su profecía había sido pronunciada. Así Odín quedaba en posesión (o poseído) de su destino. La manera de encarar ese futuro, era su decisión: su pasado dramáticamente había echado raíces en el porvenir. Lo afrontaría como el dios que era, como el rey que aún era.

                                                    Fin


Páginas del Codex Regius, siglo XIII


Es bueno aclarar, que en esta interpretación personal de la Profecía de la Adivina, no se hace referencia a una estrofa en la que se sugiere la venida de un ser superior, que todo lo rige, pero al cual no se le asigna ningún nombre. Esta estrofa no aparece en el Codex Regius, que ha sido nuestra fuente principal. Sin entrar en la discusión de si esto fue agregado posteriormente, y quizás de buena fe, por escritores cristianos, hemos preferido salvar el espíritu netamente pagano de la pieza literaria. Sin duda, esto seguirá siendo motivo de estudio y de controversia, no solo con La Völuspá, sino con otros escritos de la mitología nórdica.

De igual manera, en ese poema no se hace referencia a la salvación del linaje humano, que sí se encuentra en otros relatos (Gylfaginning, por Snorri Sturluson). Se habla de una pareja que se mantuvo escondida durante el cataclismo, en las profundidades del Bosque de Hodmimir. A ellos y a sus descendientes pertenecería ese nuevo mundo purificado. 

Nos detendremos un poco más, en estas antiguas historias del norte, con su encanto y atracción misteriosa, que parecieran conectarnos con lejanas herencias que yacen en algún rincón de nuestro subconsciente. Ese interés por las hazañas de grandes héroes, en sus luchas con temibles dragones, y las intrigas de gnomos por la posesión de dorados tesoros, pudiera provenir de algunos vestigios de una naturaleza humana, que podría hallarse más cerca de nosotros de lo que podemos imaginar.








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