Nuestra máquina del tiempo debe
detenerse en el presente, y en Venezuela. No se puede permanecer
impasible ante los hechos que están ocurriendo en nuestra patria.
Lamentablemente existe un problema político muy complejo, el cual no
debería ser analizado sólo como un asunto interno del país. La
ceguera ante esta situación es grave y si no es atendida como debe ser, traerá consecuencias a toda la región, podría decirse que a todo el hemisferio.